Los manifestantes pidieron insistentemente la dimisión del director del centro y la igualdad de derechos para las distintas confesiones religiosas de los miembros de la comunidad educativa. No dejar lo que muchos sienten como una agresión a sus principios era el sentimiento que había animado la asistencia de muchos de los participantes.
La polémica por la medida no cesa. El sindicato CGT asegura en un comunicado que «existen presiones a familias para que elijan religión» como asignatura. Según el sindicato, «como ya sucediera en el curso anterior por parte de los equipos directivos de los centros públicos se está entregando un impreso a las familias» donde no existe la una alternativa.