Este viernes 6 de marzo —el laborable más cercano al 8M—, varios grupos de mujeres feministas intentaron presentar su solicitud de apostasía en distintas diócesis: Madrid, Getafe, Oviedo, Jerez de la Frontera. También se presentaron solicitudes el 25 de noviembre pasado, día de la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas, en las diócesis de Alcalá de Henares y Madrid.
En cada lugar, las artimañas de la Iglesia para demorar algo que no debería ser más que un mero trámite fueron diferentes.
Las diócesis de Madrid y Getafe recibieron ayer la extensa documentación que solicitan y acusaron recibo sellando los papeles. Pero eso tampoco quiere decir nada, teniendo en cuenta que parte de las mujeres ya habían presentado la documentación el 25 de noviembre, y recibieron un mes más tarde una carta del arzobispado con un formulario más a presentar, cosa que hicieron ayer. Veremos si esta vez la tramitan.
La diócesis de Jerez de la Frontera se negó a recibir la documentación que aportaban las feministas, que se habían desplazado hasta allí desde San Lúcar de Barrameda. Como excusa, el notario eclesiástico estaba “indispuesto”, sin embargo la persona que las atendió les indicó que tramitaría documentación para bodas, bautizos y demás, pero que no podía coger ninguna documentación para apostatar. Curiosa indisposición selectiva.
La diócesis de Oviedo decidió optar por una estrategia más drástica: conocedores de la convocatoria, pues era pública y abierta a quienes quisieran sumarse, decidieron cerrar sus puertas a cal y canto, pese a ser laborable y horario habitual de atención, de modo que las solicitantes se quedaron en la calle. Pero volverán.
¿Cómo es posible que una organización no esté obligada a tramitar algo tan sencillo como una solicitud de baja? Las paradojas de nuestro supuesto Estado laico son, sin lugar a dudas, inescrutables…