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Topares se topa con la Iglesia

Los vecinos de la localidad velezana se han unido frente a la Diócesis de Almería por considerar suyo el salón parroquial que el Obispado tiene a su nombre inmatriculado.

Todo un pueblo, el de Topares, una pequeña localidad perteneciente a Vélez Blanco, se ha unido frente a su párroco y, por extensión, frente al Obispado. El motivo: la titularidad del salón parroquial que unos y otros se disputan. De un lado, el pueblo, a través de la Hermandad de Ánimas y, de otro, la Diócesis de Almería, cuyo máximo representante es el nuevo obispo, Antonio Gómez Cantero, aunque cierto es que el problema se remonta a meses e, incluso, años antes de que el hoy titular del Obispado llegase como coadjutor a este rincón del Sureste español, en marzo del pasado año, desde su anterior destino en tierras turolenses.

El enfrentamiento entre las partes ha llegado hasta tal punto que muchos feligreses han dejado de asistir a las misas oficiadas por Miguel Joaquín Martín Romero y otros han optado por recorrer decenas de kilómetros hasta la vecina provincia murciana para cumplir con sus deberes como fieles, dado que el párroco de Nuestra Señora de las Nieves de Topares lo es también de las próximas iglesias de Santiago Apóstol de Vélez Blanco, a 30 kilómetros; de La Encarnación de María, a 28; y de Nuestra Señora del Rosario de Las Cañadas de Cañepla, a casi diez.

La raíz del conflicto, ha explicado a IDEAL Alfonso Serrano Marín, presidente de la agrupación religiosa, tiene su origen en la decisión tomada en 1958 por la hermandad de realizar un salón parroquial en el solar donde se ubicaba el antiguo cementerio, después de que este se trasladara a las afueras del pueblo. Una construcción en la que «todo el mundo colaboró, cada uno con lo que pudo», materiales o mano de obra.

Uso compartido

Cinco años después, en 1963, siempre bajo la organización y administración de la Hermandad de Ánimas, se decidió compartir su uso con un teleclub, cuando la televisión aún no se había popularizado, que funcionó como un local de socios; se instaló también con el tiempo una pequeña peluquería para la atención puntual de los vecinos de esta pedanía velezana; y «hay además un bar».

Sin embargo, el junio pasado, tras la decisión del encargado del bar de dejarlo, la Hermandad de Ánimas decidió buscar un nuevo arrendatario y fue entonces cuando dio comienzo el conflicto. De hecho, desde el Obispado enviaron sendos burofax a la titular de la peluquería y del bar para informarles del «deseo» de la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves de «regularizar las distintas ocupaciones de los inmuebles de su propiedad», instándole a la entrega de las llaves y liberación del espacio en el plazo de un mes.

Tras desagradables episodios en los que los vecinos de Topares han denunciado, incluso, el «envío de la Guardia Civil» a los salones, la postura del Obispado es clara. El vicario general de la Diócesis de Almería, Ignacio López, ha publicado un comunicado a través de su página web en la que afirma que «los salones parroquiales en cuestión han pertenecido siempre a la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves, de Topares; y en consecuencia, han sido siempre propiedad del Obispado».

Así, sostiene, «consta en el Catastro, al menos desde 1993, y en el Registro de la Propiedad». «Contamos con un documento firmado por un representante de la llamada Hermandad de Ánimas que así lo reconoce expresamente en el año 2007», remarca el segundo de la Iglesia almeriense; si bien, apostilla, además, que «en este Obispado no tenemos constancia documental de la existencia de la Hermandad de Ánimas de Topares» aunque «sabemos que hay un grupo de personas que así se autodenominan» pero de los que desconocen «unos estatutos, un régimen de funcionamiento interno, un listado actualizado de hermanos, elecciones para la elección de hermano mayor o asambleas para la presentación de cuentas». «Tampoco un hermano mayor o presidente con nombramiento episcopal», remarca López.

Inmatriculaciones

El caso de Topares es, no en vano, como ha podido comprobar IDEAL en el dossier de inmatriculaciones que la Iglesia católica de Almería hizo llegar en febrero de 2021 al Gobierno de España, uno de los 349 bienes que el Obispado tiene registrados a su nombre en la provincia, de los que un total de 301, como es este caso, carece de un título distinto de la certificación eclesiástica.

Una situación en la que se encuentran, entre otros, templos como el Santuario de la Virgen del Mar o las iglesias de San Pedro, San Roque, San Sebastián y San Juan en Almería capital y que, además de espacios de culto, recoge salones parroquiales, viviendas, solares, tierras -de regadío, de secano y pastos-, terrenos rústicos, cementerios, ermitas e, incluso, alguna escuela y almacén; y que abre, por tanto, la puerta a posibles reclamaciones por parte de quienes consideren que puedan tener algún derecho sobre ellas, tanto administraciones como particulares.

La responsable del Gobierno de la nación para las relaciones con las confesiones religiosas, Carmen Calvo, dijo entonces que dichas inmatriculaciones -consistentes en hacer constar en el Registro una finca sin antecedente alguno por no haber estado antes inscrita en todo ni en parte-, se produjeron en su día «al amparo de una situación legal», dado que los registros se llevaron a cabo conforme a la antigua Ley Hipotecaria.

En cuanto a reclamar, «será una decisión particular de cada uno. Si lo considera, que lo inicie y, en su momento, veremos si entramos en una conversación o en un litigio o lo que proceda», abundó el que era vicario general de la Diócesis de Almería, Miguel Romera.

Señaló, no obstante, que «cuando la Iglesia inmatricula un bien lo hace en base a unos documentos que no son notariales o que llevan en manos de la Iglesia muchos años», al tiempo que remitía, ante cualquier duda, a lo explicado por la Conferencia Episcopal Española -CEE- en el documento ‘Inmatriculaciones de la Iglesia ¿un privilegio?’, en el que defiende el derecho a la inmatriculación de dichos bienes por parte de la Iglesia «porque tiene la obligación de custodiar y mantener lo que le ha sido confiado».

Dos meses después, en abril de 2021, vuelto a consultar Romera por este periódico sobre la existencia de posibles reclamaciones, la segunda voz autorizada de la Diócesis de Almería antes del cambio de organigrama eclesiástico realizado por Gómez Cantero en noviembre pasado, afirmó que no había habido ninguna demanda en la provincia por parte de quienes pudieran sentirse agraviados con esta medida.

La situación ahora, por tanto, ha cambiado. Así las cosas, el asunto podría todavía acabar en los tribunales, aunque en el comunicado del Obispado, el actual vicario general anima «a los representantes de la conocida en Topares como Hermandad de Ánimas a mantener una nueva reunión, y las que sean necesarias, para solucionar este conflicto». Es más, concluye: «En el Obispado estamos convencidos de que la razón está de nuestra parte en este asunto, pero nos gustaría llegar a un entendimiento, e incluso una posible futura colaboración en pro de la convivencia y participación de todos los vecinos».

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