El pasado 24 de enero, Melchor Sáiz-Pardo, demostrando que no ha perdido olfato periodístico, titulaba su columna “Teología confesional y UGR”, y destacaba unas palabras textuales del nuevo rector de la Facultad de Teología de Granada, el jesuita Diego Medina, en una entrevista aparecida en la revista Vida Nueva, acerca de las relaciones de esta Facultad con la UGR: «Hay cosas que hacemos juntos. Ejemplos son la creación de una Cátedra de Teología en la universidad y un congreso que celebramos el pasado año sobre teología y universidad. Existen algunas dificultades, no con el rectorado de la Universidad de Granada, pero sí con aquellos sectores que creen que la teología confesional no debe estar presente en ámbitos universitarios».
De esta manera, Diego Medina ha despejado dudas, contradiciendo a quienes defendían que la cátedra de Teología es una cátedra “aconfesional”, independiente de la Iglesia. Recordemos que incluso el teólogo José M. Castillo (doctor Honoris Causa por la UGR) se pronunció en Ideal sobre el asunto (6-12-2011, http://goo.gl/e8Mb7) señalando acertadamente que “no olvidemos que la Universidad es (y tiene que ser) una institución no-confesional”. En efecto, así lo exige la aconfesionalidad del Estado proclamada por la Constitución.
Las palabras de Diego Medina no hacen sino constatar la realidad: la Cátedra está controlada por la muy católica Facultad de Teología, de hecho su director es el padre Ildefonso Camacho, ex-rector de esa Facultad. Que también es el presidente de la Comisión Gestora de la Cátedra. Y esto es así porque así lo contempla el Acuerdo de creación de la Cátedra: según este Acuerdo, esos cargos los propone el rector de la Facultad de Teología, aunque el nombramiento oficial corresponda al rector de la UGR. Como dijo Ildefonso Camacho en una entrevista radiofónica (http://goo.gl/OamFV), “el rector de la Universidad no puede nombrar por propia iniciativa, sino que siempre tiene que contar con el acuerdo del rector de la Facultad de Teología”, y añadió que, como “era una Facultad de Teología cristiana, católica, la que intervenía como cofundadora… tenía que respetarse también nuestra especificidad, y nuestra especificidad es que nosotros lo que trabajamos es la tradición cristiana”. También se enorgullecía de que no había en la Universidad pública española una cátedra así ¡desde el siglo XIX! Es decir, ni con Franco el confesionalismo de la Universidad llegó tan lejos.
Y es que la situación de hecho supone, según el citado Castillo, que la Cátedra “dependerá también del Vaticano (Congregación para la Doctrina de la Fe). Con lo que se produciría la estrambótica situación de una Universidad española no-confesional que, en un sector de sus enseñanzas, depende de una institución confesional y, por tanto, autoritaria, o sea extra-científica, y para colmo radicada últimamente fuera de España.”
Entiendo que las palabras de Castillo dan la razón a los más de 2.400 firmantes de un Manifiesto contra la Cátedra de Teología en la UGR (http://goo.gl/7awqZ), entre los que se encuentran miembros de esta y otras universidades, y también personas de otros ámbitos interesadas en una Universidad pública y laica, al servicio de todos.
No hay que olvidar que los estudios sobre “el hecho religioso” ya están cubiertos en los departamentos de Filosofía, Antropología, Psicología, Sociología, Historia, Biología, etc. Y que, de todas formas, quien quiera cursar Teología ya tiene su sitio: en la Facultad de Teología… o, pronto, en la Universidad Loyola Andalucía. Como concluyó la catedrática de Filosofía María José Frápolli en estas mismas páginas (22-12-2011): “Incluirla [la Teología] entre las disciplinas de la UGR es una engaño a la sociedad y una burla a los que nos dedicamos a la investigación. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.”
En definitiva, la Cátedra de Teología de la UGR es inaceptable, por lo que, cuanto antes se disuelva, antes nos acercaremos a lo que debe ser la normalidad aconfesional (democrática) de la Universidad pública.
Juan Antonio Aguilera Mochón. Miembro de UNI Laica y Granada Laica.