Movimiento Sumar celebró los pasados días 29 y 30 de marzo su Asamblea en la que aprobó un documento político que inicialmente no contemplaba la laicidad de una forma profunda. Tras el proceso de enmiendas, el documento finalmente recoge una visión más amplia que se aproxima a las reivindicaciones del movimiento laicista en España.
A continuación se extractan los apartados del documento que hacen referencia la laicidad.
En el apartado «2.4 Una nueva etapa de alianzas» dice: Defendemos una política laica, en la que puedan coexistir y/o mestizarse distintas identidades, que fortalezca los encuentros y pacte los desacuerdos, que se lo ponga fácil a la ciudadanía y que sea capaz de construir alianzas duraderas, que aporten tranquilidad y densidad organizativa a los distintos territorios.
En el apartado «6.5. Tareas pendientes para la democratización del Estado: apuntes sobre el sistema judicial y la laicidad del Estado» incluye el siguiente subapartado:
2. Sobre la relación del Estado con las confesiones religiosas
Hacer de nuestro país un estado más democrático implica también profundizar en la libertad de pensamiento, que, garantizando el ejercicio de la libertad religiosa, destierre cualquier forma de privilegio. En especial mediante la derogación del Concordato con la Santa Sede; regulando la simbología en los actos públicos donde participen las administraciones públicas; suprimiendo beneficios fiscales y fiscalizando rigurosamente todo tipo de ayudas públicas (al igual que se hace con cualquier otra entidad). También, apostando por una escuela pública y laica que aleje el adoctrinamiento religioso en el ámbito escolar.
Sobre la relación entre la democratización del Estado con la construcción de la Autonomía Estratégica Europea.
En una coyuntura dónde la disputa por el sentido del malestar las tareas de democratización del Estado se van a encontrar, inevitablemente, con la ofensiva de los sectores reaccionarios, nacionales e internacionales, por liquidar los derechos conquistados y por darle a nuestro país un giro autoritario.
De esta manera, la democratización del Estado, la cohesión social derivada de un Estado de Bienestar adaptada a los retos de la década de los 30 y el encaje que, como país, le demos esto en el marco de la construcción europea son elementos íntimamente ligados entre sí.
En ese sentido, creemos que es urgente reforzar las verdaderas palancas para esa autonomía estratégica: hay un enorme y necesario margen de avance hacia un país y una Europa menos dependiente de otros actores para su soberanía alimentaria, energética, tecnológica y cultural. Así mismo, es necesaria una intensa política de cohesión social que neutralice los intentos de penetración ideológica de la ultraderecha al servicio de intereses de otras potencias. Ambas palancas precisan de decididas políticas públicas, por lo que es prioritario dotarlas de recursos suficientes.
