“Hubo obispos que pudieron ver casos de torturas que padecieron estos curas y cerraron los ojos”, remarca el cineasta Ritxi Lizartza, que presenta un documental sobre el tema
“Los sermones en los que condenaban las barbaridades franquistas tenían bastante repercusión porque eran curas muy cercanos a los feligreses”
No solo es el criminal el que (casi siempre) vuelve a la escena del crimen. En ocasiones, son las víctimas las que regresan en busca de cierto tipo de recuperación y verdad. “Hemos vuelto a la juventud“, exclama Xabier Amuriza al verse de nuevo frente a frente con la vieja prisión central provincial de Zamora. Ahí, desde la entrada, la contempla medio siglo después junto a Josu Naberan, Eduard Fornés y Juan Mari Zulaika.