El Vaticano ha advertido al Gobierno de Andorra que una supuesta despenalización del aborto en el Principat no es compatible con la continuidad del obispo de Urgell, Joan-Enric Vives, como Coprincep episcopal, lo que implicaría que, en caso de salir adelante una ley de interrupción voluntaria del embarazo, esta figura dejaría de formar parte de la actual estructura del coprincipado. Así lo habría transmitido el papa en una conversación directa con el jefe del Ejecutivo andorrano, Toni Martí, según publicó ayer el Diari d’Andorra. Hace meses que el debate sobre la despenalización del aborto está sacudiendo el escenario político y social del Principat, en el que diferentes colectivos feministas y algunos partidos abogan por reformar la ley, que prevé penas de hasta tres años de prisión y claman por un aborto ahora prohibido incluso en casos de violación, peligro para la vida de la madre y malformación del feto. Un debate que gana terreno cuando están convocadas elecciones generales para el próximo año.
El propio jefe de Gobierno andorrano considera incompatible legalizar el aborto y la figura del Coprincipat mientras que los defensores de la despenalización sí ven compatible este cambio en la ley con la figura del obispo como Coprincep. Según defienden, el Parlamento andorrano aprobó la ley que permitía el matrimonio homosexual, una ley que el obispo no firmó. Lo mismo podría hacer de salir adelante una despenalización del aborto, señalan. La abdicación del Coprincep episcopal supondría la renuncia de la Curia romana a tener un jefe de Estado en este país. Una figura que el obispo comparte con el presidente de la República francesa. Al respecto, el Gobierno andorrano declinó hacer declaraciones. Según los datos aportados por la conselleria de Salud, en el último año más de un centenar de andorranas abortaron en hospitales catalanes. No hay cifras de las que acuden a centros franceses.