La Diócesis de Pamplona se inscribió sin tener que probar su propiedad 39 campos de cultivo en esta localidad de la Ribera Alta.
El presidente del Parlamento, Unai Hualde, entrega este jueves al de la Federación de Municipios y Concejos, Juan Carlos Castillo la documentación que recoge las 2.952 inmatriculaciones realizadas por la Iglesia Navarra sin necesidad de demostrar su propiedad. Fenómeno del que sólo se libran 4 de los 272 municipios navarros y que cuenta con detalles llamativos como lo ocurrido en Sesma, donde la diócesis se adjudicó 30 hectáreas de campo en un sólo día.
Fue el 2 de mayo de 1981. Ese día en el registro de la propiedad de Estella el Arzobispado de Pamplona inscribe a su nombre 39 fincas en el término municipal de Sesma. De ellas, ninguna está destinada al culto religioso sino al rendimiento económico de una actividad en la que esta localidad es una referencia; la agricultura. 31 campos destinados al cultivo de cereal, un olivar de 4000 metros cuadrados y dos viñas que suman 6000 metros cuadrados. En total 300.000 metros cuadrados de terreno agrícola que la iglesia no explota directamente sino que trabajan para ella agricultores del municipio desde hace ahora 40 años. Ese mismo día, la diócesis se adjudica también dos casas en el casco urbano, ninguna de ellas destinada al culto.
La Ley Hipotecaria permitió hasta 2015 que la Iglesia Católica se inscribiera a su nombre propiedades inmobiliarias, tanto urbanas como rústicas, sin necesidad de demostrar su titularidad, como ocurre con el resto de personas. En 1981 se cumplían 3 años de la restauración de la democracia y el gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo (UCD) vivía sus últimos meses. En octubre de 1982 el PSOE de Felipe González logró 202 de los 350 escaños del Congreso.
Es llamativo que la Diócesis de Pamplona tuvo menos prisa para registrar los edificios destinados al culto. La parroquia de Santa María se registra también un dos de mayo, pero de 2005, 23 años más tarde. 3 años antes de eso registraron la ermita de los Remedios, un edificio barroco que ahora se encuentra en riesgo ya que lleva al menos 4 décadas sin uso y sin que la diócesis haya hecho labor alguna para mantenerlo. La plataforma Hispania Nostra la incluyó en la lista roja de patrimonio cultural en riesgo y una agrupación vecinal pide a las instituciones que se restaure con dinero público. Un trabajo que en una primera estimación se valora en 2 millones de euros, prácticamente el doble del presupuesto con el que cuenta la localidad para todo un año.