Una asociación de ateos critica los anuncios religiosos en el aeropuerto de Barajas
"Señores pasajeros, a las 11 va a empezar la misa en la capilla de la T-2". En el aeropuerto de Barajas sólo se anuncia por megafonía que no se anuncian vuelos, que se vigile el equipaje y que está prohibido fumar fuera de los corralitos. Y que empieza la misa diaria en una de las tres capillas que hay en las terminales T-1, T-2 y T-4. Como no hay culto con imán en las dos mezquitas (en la T-1 y T-4), los pasajeros se libran de ser convocados cinco veces diarias con el clásico "Alá es grande". Y suelen estar cerradas para evitar que los curiosos entren calzados, según AENA.
El gestor público de los aeropuertos alega que sólo se anuncia la misa 10 minutos antes de que empiece, una vez al día, y sólo en la zona cercana a la capilla correspondiente (hay también dos salas multiconfesionales). Por eso, muchos viajeros jamás han oído la convocatoria, pese a que según el director del aeropuerto, Miguel Ángel Oleaga, se realiza al menos desde 1980.
El llamamiento chirrió hace unas semanas en los oídos del cómico Leo Bassi, que avisó a la Federación Internacional de Ateos (Fida). "En los únicos aeropuertos del mundo en los que he oído llamar a la oración es en los de países musulmanes. Es indignante", dice el actor italiano.
La Fida ha iniciado una campaña para que se elimine la llamada a misa en Barajas, con una carta al "compañero presidente" José Luis Rodríguez Zapatero. Y correos electrónicos al departamento de prensa de AENA, que tienen fritos a los que allí trabajan. Según el presidente de la Fida, Francisco Miñarro, se ha eliminado una de las cuentas de correo a las que enviaban sus cartas, pero aún no han recibido respuesta de la Administración, a la que emplazan a que empiece por ahí la proclamada laicidad del Estado para esta legislatura.
Quienes sí han contestado ya a la Fida son algunos diputados del PP, como Gabriel Elorriaga. Consideran que el llamamiento no es irregular, ya que España es constitucionalmente aconfesional, y no laica. "Entonces habrá que llamar a la oración hasta a los sijs", ironiza Miñarro.