La Iglesia católica asistió en 2016 a 2.711 presos (445 musulmanes) en 67 pisos de acogida repartidos por distintas ciudades, casas a las que acuden los presidiarios que no tienen ni familia ni medios para salir adelante una vez salen de la cárcel o durante los periodos de permiso.
Así lo recoge el Informe de Recursos Pastorales elaborado por la Conferencia Episcopal Española (CEE), que señala también que el 40 % de estas personas (1.110) son extranjeras y un 16 % (445) profesan la religión musulmana.
En virtud de los acuerdos entre Iglesia y Estado, la Administración garantiza la libertad religiosa dentro de las cárceles y facilita los medios para que dicha libertad pueda ejercerse dentro de prisión, de manera que en todos los centros penitenciarios existe un espacio para la práctica del culto religioso.
Gracias a estos acuerdos, unos 140 capellanes asisten a los presos dentro de las cárceles, en una labor de acompañamiento y asesoría y la CEE contabiliza además unos 2.339 voluntarios que acompañan y ayudan a los presos dentro de la cárcel y en los pisos de acogida.
Además de la asistencia espiritual o jurídica, según la memoria elaborada por el departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE, la Iglesia destinó el año pasado 205.576 euros a ayuda económica para los presos pobres que no reciben dinero de su familia, y entregó un total de 6.516 paquetes de ropa.
De esta manera, 6.208 personas se beneficiaron de esos 205.576 euros, de los que 3.928 eran españoles y 2.280 extranjeros, mientras que los paquetes de ropa llegaron a 4.395 nacionales y 2.121 extranjeros.
Durante el año pasado la Iglesia puso en marcha, dentro de los centros penitenciarios y en los pisos de acogida, 951 programas, en su mayoría religiosos (416), pero también de carácter social (349) y jurídico (64).