En una sala iluminada con velas reservada para ceremonias satánicas, un letrero de neón te da la bienvenida a The Little Black Chapel (La pequeña capilla negra). En un extremo de la habitación hay un altar elevado y en el suelo, frente a este, un pentagrama blanco.
El ritual que se realiza aquí es un «desbautismo», en el que los participantes rechazan simbólicamente los ritos religiosos realizados cuando eran niños.
«Sin nombres», me dice uno de los asistentes que accedió a dejarme presenciar la ceremonia, siempre y cuando no les identifique.