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Firma de Opinión del periodista Aristóteles Moreno
El profesor Manuel García Parody ha tenido la santa paciencia de contar las horas que la Mezquita-Catedral dedica cada año a misas y liturgias. Exactamente 400. En ese mismo periodo de tiempo, el conjunto monumental abre sus puertas para uso turístico y cultural 4.000 horas. Es decir, diez veces más.
Con esos datos en la mano, el Cabildo catedralicio tiene las santas agallas de sostener que la Mezquita de Córdoba es un edificio eminentemente religioso y que el culto es su uso primordial, aunque solo represente el 10 por ciento de su actividad.
Siempre es un lujo escuchar al profesor Manuel García Parody, colaborador habitual de esta santa casa. El jueves pasado participó en un debate sobre la Mezquita de Córdoba organizado por la Asociación Córdoba Futura. El historiador recordó la última vez que visitó la joya andalusí con un grupo de visitantes. A una de sus invitadas, la retó a que hiciera una fotografía del universal bosque de columnas del oratorio omeya.
Y comprobó que ya es imposible. Los canónigos han “desnaturalizado” el monumento, deplora el profesor García Parody, con “intervenciones lamentables” a base de altares, cristos y escudos episcopales que impiden la contemplación de uno de los edificios más asombrosos del mundo. Y, a lo mejor, quien sabe, Icomos y la Consejería de Cultura tienen algo que decir al respecto.
