Hay cosas mucho más allá detrás de la canonización de una joven desconocida de Kerala. San Alphonsa pudiera ser la última esperanza del Vaticano para salvarse de un enorme problema financiero. Para poder mantener su red multinacional de instituciones de beneficencia, la Iglesia Católica necesita de las esclavas de Dios, las monjas. Pero su número se ha visto dramáticamente reducido. La esperanza del Vaticano, es que la canonización de San Alphonsa logre el cambio de marea.
Ni siquiera en sueños, Annakutty de la villa Bharananganam cerca de Kottayam en Kerala hubiera imaginado que un buen día más de cien mil personas visitarían su pequeña villa en honor a ella. Sesenta y dos años después de su muerte, ésta muchacha se ha convertido repentinamente en el centro de atención del mundo – al menos de la parte correspondiente a la Iglesia Católica Romana.
Durante toda su corta y monótona vida Annakutty, quien después ser convertiría en la Hermana Alfonsa, vivió un cuadro de miseria. A los 13 años se lisió para poder escapar de un matrimonio forzado, sufrió de debilidad extrema y varias enfermedades severas así como de la crueldad de las hermanas en el convento franciscano clarista en el que ella vegetó hasta su muerte a la edad de 36. Sólo hubo 12 participantes en su funeral, muchos de ellos ex-officio. Eso muestra que en ese entonces no era muy popular.
Cuatro décadas después, Juan Pablo II, el más prolífico hacedor-de-santos de todos los papas, viajó a Kottayam y la beatificó. Cuando él murió, dejando atrás la impresionante cantidad de 482 nuevas entradas a los anuarios de santidad, ella estaba entre las "bendecidas". Había muchos de ellos, siendo la más prominente la Madre Teresa, supuestemente estando en "la vía rápida". Pero Annakutty, por el momento Alfonsa la Bendecida, quien no tenía ninguna acción espectacular para acreditarla derrocó a la peso pesado de Calcuta. ¿Qué hizo que el Vaticano elevara a esta poco probable candidata al rango de santa?
La canonización de esta pobre chica podría parecer como justicia poética – sin embargo, ella la obtuvo a la par de una mala compañía. Es un dudoso honor estar alineado con alguien como Alonjzije Stepinac, arzobispo de Zagreb y colaborador clave del régimen fascista de Ante Pavelic en Ustasha, quien masacró durante la segunda guerra mundial a cientos de millones de humanos que simplemente no eran católicos (él fue santificado en 1998). Por supuesto, no todos en este grupo variopinto eran figuras siniestras de éste calibre. También había psicópatas inofensivos y pequeños embaucadores entre ellos. Toma por ejemplo al santo italiano Pio de Pietrelcina, a quien se hace reverencia por portar lo que él afirmaba eran las heridas sangrientas de Jesús – pero ahora se ha expuesto un testimonio documentado de su farmacéutico (que hasta hace poco estaba cuidadosamente guardado en los archivos del Vaticano) que demuestra que no eran mas que heridas autoinflingidas con una aguja. De hecho, Alfonsa la Bendecida, la pizarra en blanco, sobresale como una de las más puras y menos contaminada integrantes del controversial club. Pero, ¿que hizo que la incluyeran? ¿un milagro?
Su "pase" oficial a la canonización es una supuesta curación del pié deforme de un niño en 1999. Pero hay una historia detrás de esa historia. Poco después de su silencioso fallecimiento en 1946 se corrió el rumor de que la Hermana Alfonsa, quien alguna vez lisió su propio pie en una fosa caliente, había curado póstumamente el pié deforme del niño después de que se realizaron plegarias en su tumba. A través de los años, ella estableció una fuerte presencia bajo el rubro de "favores recibidos" en la sección de anuncios de la prensa cristiana de Kottayam por supuestamente haber curado cientos de pequeños pies con problemas. Fue entonces cuando las autoridades de la Iglesia la descubrieron. Las ofrendas en su modesta tumba aumentaron de manera tan impresionante que el Vaticano mandó un vicario especial en 1952, para mandárlas a Roma. Se dice que ya había enviado unos 14 millones de dólares, cuando el Papa Juan Pablo decidió beatificarla, multiplicando las ganancias. Pero hay aun más sobre la canonización de Alfonsa que su enorme "dote".
Alfonsa pertenecía a la rica y poderosa Iglesia Sirio-Malabar que rige en el distrito de Kottayam. Esta denominación ha sido parte del imperio vaticano desde tiempos de Vasco de Gama, pero ha mantenido sus tradiciones intactas y no ha sucumbido totalmente a la "latinanización". Hasta 1968, sus clérigos daban misas en un idioma sirio, y hasta hoy, no se han puesto de acuerdo con el Vaticano sobre si los clérigos han de dar la cara a la gente o al altar durante la misa.
Sus propias instituciones, bienes inmuebles y grandes plantaciones tiene una enorme influencia económica y política comparada con la mucho más grande rama del catolicismo latino que evolucionó de las comunidades pobres de la costa, convertidos en el siglo XVI por los portugueses. La canonización de Alfonsa es un movimiento político para satisfacer a la Iglesia Sirio-Malabar y fortalecer sus lazos con el Vaticano. Para conseguir este propósito, ella ha sido estilizada como el símbolo de armonización. Reportes oficiales de la iglesia hablan sobre "las grandes tradiciones del oriente y del occidente, romanas y malabares, las cuales Sor Alfonsa vivió e integró en su santa vida". Es obvio que la unión de estas dos alas del catolicismo ahora tiene una gran importancia.
El distrito de Kottayam tiene por mucho la mayor población cristiana en el país (46%) y frecuentemente se le llama el Vaticano de La India. Es el centro de reclutamiento de monjas y curas. Muchas de las monjas pertenecen a la sección más pobre de la rica comunidad Sirio-Malabar. Ellas no pueden ni siquiera imaginar en conseguir las fabulosas cantidades que las familias acomodadas dan a sus hijas como dote. Si no pueden pagar para su otra opción establecida – pagar por su educación como enfermeras – no hay otra opción socialmente aceptada más que forzar a las jovencitas – demasiado jóvenes para decidir por ellas mismas – que meterlas al convento.
Las monjas de Kottayam conforman hasta el 95% de los "soldados del proselitismo" que mantienen vivas a las instituciones católicas como escuelas y hospitales en toda La India. De hecho, las monjas católicas (y los sacerdotes) de Kottayam se exportan a Europa y a los Estados Unidos para llenar el vacío que la dramática caída número de reclutas en occidente ha dañado al corazón de la Iglesia Católica Romana. En febrero de 2008, el portavoz oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano, hizo sonar la campana de alarma. De acuerdo con las nuevas estadísticas, el declive en el número de monjas a nivel mundial se estaba acelerando como nunca antes. Durante el pontificado del Papa Juan Pablo II, ya había caído por una cuarta parte, después otro diez por ciento. Ahora se ha reducido a tan sólo 750,000. (Los hombres consagrados a nivel mundial bajaron aún más a 192,000 – incluyendo monjes, sacerdotes y vicarios). Virtualmente sin nuevos reclutas que pudieran reemplazar a aquellos que mueran o que decidan abandonar sus votos, las monjas católicas están en peligro de extinción. La edad promedio de una monja en los Estados Unidos es de 70 años. Y sólo el cinco por ciento de ellas da clases en escuelas católicas, así que su fuente principal de reclutamiento está fuera del alcance. En esta situación, la única esperanza del Vaticano es La India, que significa Kottayam. Con la canonización de la primera mujer santa de La India, el Papa Benedicto espera aplicar el freno de emergencia para parar el dramático declive mundial en el número de monjas.
Ahora se presenta a Alfonsa como un modelo para las pequeñas niñas. Durante las festividades, miles de pequeñas alumnas se visten como monjas y representan a Alfonsa. Ella se ha convertido en la patrona de muchas escuelas. Su vida ha sido dramatizada en libros y en CDs, el documentales de cine y en una serie semanal de TV. Lo que se resalta siempre de Alfonsa, la maestra, la consentida de todos los niños pequeños, es que durante su vida postrada en cama en el convento su intento de trabajar como maestra estuvo limitado a menos de un año. La glorificación se enfoca en su carácter especial que la hace apropiada como la nueva ídolo para las jóvenes monjas: un ejemplo de humildad, obediencia y de abstención, deseando permanecer desconocida y escondida y sufriendo un doloroso tratamiento sin ninguna queja. "Humíllenme hasta que casi no sea nada; hasta que me convierta en una chispa en el fuego del ardiente amor de Su Divino Corazón," es una de las frases más comentadas atribuidas a San Alfonsa. Si funcionan los planes del Vaticano, la psicopatía del individuo sin esperanzas y torturado podría volverse epidémica.
San Alphonsa, la primera santa india
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