El pasado 10 de agosto publicábamos un artículo de opinión del profesor Andrés Carmona, C. Tangana, heavy metal, censura y feminismo.
Hemos recibido una réplica por parte de una socia de Europa Laica que no comparte la opinión de Andrés Carmona, también socio de Europa Laica, ni comparte que desde el Observatorio del Laicismo lo hubiésemos publicado. En efecto Andrés Carmona es habitual en nuestra web y sus artículos suelen ser bastante estimulantes por los argumentos que aporta y por apartarse de las ideas más usuales. Independientemente de que se compartan todas sus aportaciones, siempre realizadas desde la racionalidad y una perspectiva laicista.
El laicismo no se relaciona exclusivamente con las iglesias, sino también con otros derechos humanos básicos ligados a la libertad de conciencia, por ello nos hacemos eco con frecuencia de la libertad de expresión, los derechos de la mujer, los derechos LGTBI, la mujer, el adoctrimaniento (no solo religioso), la racionalidad,…
El laicismo no es monolítico, por lo que hay temas, como este que nos ocupa, en el que no todos tienen que compartir una misma opinión. Por lo que es lógico dar a conocer los argumentos de cada sector y así posibilitar la reflexión que lleve a sacar las conclusiones oportunas.
Así que aquí recogemos la réplica de Remedios Madrona ha enviado a la presidencia de Europa Laica:
Por el título no pude relacionar el tema del texto con el que nos ocupa en nuestra asociación que es el laicismo, no obstante, con cierto recelo, lo leí.
Y la verdad es que no acabo de entender por qué se ha elegido ese articulo para la web. Es verdad que cita brevemente a la iglesia católica, pero su contenido no es en absoluto relativo a la religión. Más bien es una crítica al Feminismo «Mainstream» como el Sr. Carmona lo llama. He supuesto entonces que se ha debido a la figura del propio autor y a su relación con Europa Laica.
Precisamente por eso me permito contestar a lo que expone en su artículo.
En un lugar y en un momento en los que se asesina, se viola en grupo y se agrede a las mujeres de la manera en que los datos nos dicen que se hace y por parte siempre de personas del sexo contrario, resulta cuanto menos curioso que el Sr Carmona haya obviado por completo en su extensa entrada el tema de la violencia de género y su relación con ciertas reprobaciones.
Como mujer y feminista podría alargarme mucho en mi respuesta a su censura de la censura, pero solo voy a aclarar un par de cuestiones:
Primero: Nunca son comparables las letras de las canciones o los comentarios que articulan mujeres hacia hombres, por muy soeces o cosificadores que también sean, con los que ellos profieren hacia nosotras, por una razón muy sencilla: los hombres ni están ni han estado nunca sistemáticamente en peligro ante las mujeres, jamás en la Historia han sido dominados genéricamente, poseídos o tratados por ellas siquiera con la violencia latente que demuestran muchas de esas letras que últimamente y cada vez más se pide censurar cuando son hombres quienes las cantan. ES IMPOSIBLE QUE ESAS LETRAS TARAREADAS POR UNA MUJER EN UN CALLEJÓN A OSCURAS PUEDAN PRODUCIR EN UN VARÓN ADULTO EL TERROR QUE GENERAN CUANDO ES UN HOMBRE EL QUE SE LAS LANZA A UNA MUJER. No es lo que se dice, es el PODER con que se dice, un poder que, en este caso, ha sido otorgado histórica y culturalmente a los hombres.
Es EL RECONOCIMIENTO DE UNA CLARA SITUACIÓN DE RIESGO lo que hace que se prohíban determinadas acciones que por supuesto que limitan la libertad de las personas, pero hay muchos otros casos en que solemos aceptar sin protestar ciertos límites, porque se trata de elegir entre proteger a un colectivo en peligro o permitir hacer lo que usted quiera. Supongo que, hasta que no hubo muchos muertos y heridos en las calles, no se limitó la libertad del conductor prohibiéndole avanzar ante un
semáforo en rojo, incluso aunque no hubiese ningún cruce y ningún peatón esperase para pasar. ¿Que al principio de tal prohibición pudo haber una reacción opuesta e incluso acciones contra ella? Es posible, pero hoy en día ya está superado.
Segundo: La cosificación de las mujeres, su tratamiento reiterado como seres débiles, pasivos, manipulables y obedientes, a los que les gusta sufrir si eso agrada al macho, está intrínsecamente relacionado con la violencia que se ejerce contra nosotras. De hecho, muchas frases y escenas de vídeoclips son claramente violentas, aunque las mujeres que aparecen den la impresión de estar pasándoselo genial. No sé qué opinan ustedes, pero en general, a las mujeres no nos gusta que un hombre nos ordene callar y agacharnos y solemos relacionar esas palabras con hechos violentos, lamentablemente vividos o escuchados.
_»¿La libertad de expresión debe ceder ante la censura cuando lo que se expresa no coincide con nuestro ideario?» _afirma preguntando el Sr Carmona. No, por supuesto que no: cuando no coincide con nuestro ideario no, cuando puede provocar un daño mucho mayor que el que provoca su censura, entonces sí. Por ese motivo se limita la libertad de expresión del individuo que, con intención de hacerlo o sin ella, proclama que te va a violar y asesinar en cuanto te pille sola. Porque aunque sea solo una frase, la mujer a la que va dirigida ya no va a salir sola. Y entre la libertad de él de decir lo que quiera y la de ella de moverse tan libremente como él, elegimos lo segundo.
Para esta otra frase necesitaría mucho más tiempo que no tengo: «El feminismo _mainstream_ (que no todos los feminismos, que hay muchos y muy variados) ha caído en una vertiente prohibicionista que le lleva a censurar todo lo que cae fuera de su ortodoxia: pornografía, prostitución, maternidad subrogada, películas, canciones, publicidad, lenguaje, etc.»
Por último, reconozco que pocas mujeres nos implicamos en el trabajo de defender el laicismo y sostener este grupo tan necesario, es cierto, pero desde luego eligiendo artículos como este para su divulgación, no se va a acabar esa tendencia.
Muchas gracias por su atención y un saludo.
Remedios Madrona Vallejo