Comentarios del Observatorio
Los derechos y libertades de cada persona tienen sus límites cuando limitan los de otra persona. La libertad de religión, culto y expresión deben garantizarse y toda persona debe tener derecho a rezar y acudir a los lugares de culto para ello, pero hacerlo en las inmediaciones de una instalación sanitaria con la intención de presionar a las personas usuarias de esas instalaciones es participar de una campaña de acoso. La campaña como tal no ha sido prohibida, garantizando el derecho de estas personas a ejercer su libertad de expresión, pero sí que se ha limitado el ejercicio de este derecho para evitar su choque con el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos al resto de personas.
La policía arrestó este 6 de diciembre a una mujer que rezaba en silencio en una calle cercana a un centro de aborto en Inglaterra.
Isabel Vaughan-Spruce se encontraba parada cerca de la Clínica BPAS Robert en Birmingham (Inglaterra), cuando unos oficiales se acercaron a ella tras la queja de un espectador que sospechaba que la mujer se encontraba rezando mentalmente.
Isabel fue detenida y luego puesta en libertad bajo fianza con la condición de no ponerse en contacto con un sacerdote católico local involucrado en el trabajo provida.
“Es aberrantemente injusto que me registraran, detuvieran, interrogaran y acusaran simplemente por rezar en la intimidad de mi propia mente”, contó Isabel luego del arresto.
La mujer se mostró indignada por lo sucedido, y dijo que “nadie debería ser criminalizado por pensar y rezar en un espacio público del Reino Unido”.
Birmingham introdujo “la zona de censura” como una medida para penalizar a quienes participen en cualquier acto o intento de acto de aprobación o desaprobación del aborto, cerca a los centros donde se realiza.
Jeremiah Igunnubole, el asesor legal de la organización de defensa legal cristiana ADF UK, dijo que “es realmente sorprendente que la ley haya concedido a las autoridades locales una facultad tan amplia e irresponsable”.
“Ahora, incluso los pensamientos considerados ‘incorrectos’ pueden conducir a una detención humillante y a una acusación penal”, advirtió Igunnubole.
El asesor legal de ADF UK manifestó que Isabel es “una mujer de buen carácter que ha servido incansablemente a su comunidad brindando asistencia caritativa a mujeres y niños vulnerables”.
“Sin embargo, no ha sido tratada mejor que una criminal violenta”, lamentó.
Isabel es directora de la Marcha por la Vida del Reino Unido y desde hace muchos años realiza voluntariado de apoyo a mujeres en crisis durante el embarazo.
Ella contó que “mi fe es una parte fundamental de lo que soy, así que a veces me paro o camino cerca de un centro abortista y rezo sobre este tema”.
“Es algo que he hecho casi todas las semanas durante los últimos 20 años de mi vida. Rezo por mis amigas que han sufrido un aborto y por las mujeres que están pensando en hacerlo”, señaló.