Ha sido la reina con mayor número de años en servicio a su país. El anuncio del fallecimiento se produjo a las 18.30 hora de Londres. Los dos títulos de la reina, ‘Defensora de la fe’ y ‘Gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra’, que se le otorgaron en su ascensión al trono, también deben su existencia a la historia de la Reforma protestante.
La Reina Isabel II de Inglaterra, cabeza de la Iglesia Anglicana, falleció a los 96 años este jueves 8 de septiembre. Los obispos del país pidieron por «el descanso del alma de Su Majestad» y que sea «recibida en la presencia misericordiosa de Dios».
Isabel II de Inglaterra ha sido el monarca con más años de servicio en Gran Bretaña y también como cabeza oficial de la Iglesia de Inglaterra (anglicanos). Llegó al trono en 1952 pero ya había empezado su servicio al país seis años antes, como una princesa de 21 años, diciendo: «Dios, ayúdame a cumplir mi voto».
Cuando Isabel fue coronada, siguiendo a su padre, Jorge VI, Gran Bretaña todavía se estaba recuperando de la Segunda Guerra Mundial y sus fuertes campañas de bombardeo; Winston Churchill era primer ministro y el país todavía tenía un imperio. La coronación de la joven reina sugirió una nueva era, como señalaron los millones de televisores comprados para ver la transmisión en vivo de la ceremonia desde la Abadía de Westminster en Londres.
La coronación en sí estaba impregnada de tradición y confirmó el entrelazamiento de monarquía y religión en la monarquía. La ceremonia con una antigüedad de más de 1000 años implica la unción del monarca, quien se compromete con el pueblo a través de promesas sagradas. Uno de ellas, defender la religión protestante, es también un recordatorio de las divisiones religiosas del pasado más cercano. Un anglicanismo en un claro declive.
Los dos títulos de la reina, ‘Defensora de la fe’ y ‘Gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra’, que se le otorgaron en su ascensión al trono, también deben su existencia a la historia de la Reforma protestante. El primero fue otorgado por primera vez a Enrique VIII por un Papa agradecido por la refutación del rey a las enseñanzas de Martín Lutero. Enrique se aferró desafiante a él incluso después de romper con Roma para declararse líder de la nueva Iglesia de Inglaterra.
Su hija, la primera Isabel, se autoproclamó Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra y dijo que Jesucristo era su cabeza. Hasta el día de hoy, el monarca británico conserva la autoridad constitucional en la iglesia establecida pero no la gobierna. La Isabel moderna dejó eso a los obispos, aunque se dirigió a los sínodos generales y mantuvo un papel como oyente y guía de su primado, el arzobispo de Canterbury.
Los 70 años de reinado
Isabel ha sido reina de Gran Bretaña y de más de una docena de países desde 1952, entre ellos Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y a principios de este año celebró sus 70 años de reinado con cuatro días de celebraciones nacionales en junio. El 6 de febrero, en medio de las celebraciones de su 70º cumpleaños, reafirmó que su vida estaría siempre dedicada al servicio de sus súbditos, renovando así la promesa que había hecho en su 21º cumpleaños en 1947. Sólo cinco años más tarde, en 1952, con la repentina muerte de su padre, el rey Jorge VI, y la abdicación de su tío Eduardo, se convirtió en Isabel II, reina del Reino Unido de Gran Bretaña, Irlanda del Norte y los demás reinos de la Commonwealth, y jefa suprema de la Iglesia de Inglaterra. La noticia de la muerte de su padre, y por tanto su acceso al trono, le llegó cuando estaba en Kenia, cuando ya estaba casada con Felipe, duque de Edimburgo, fallecido el 9 de abril de 2021, y era madre de dos de sus cuatro hijos, el príncipe Carlos, nacido en 1947, y Ana, nacida en 1950, a los que siguieron Andrés, en 1960, y Eduardo, en 1964.