El Boletín del Observatorio de Laicismo del pasado 23/abril/202 ofrecía una reseña y la información de la serie del Instituto Nacional de Estadística (INE), relativa a: Datos sobre creencias o convicciones en España: ateos y no creyentes continúan con la tendencia al alza. Actualizado a marzo 2021.
Otras veces he visto estas estadísticas y siempre me llamaba la atención el sentido de la respuesta que se ofrece a la cuestión religiosa (no tanto de ideología o pensamiento, que no se deslinda bien). Me refiero a esa categoría de adscripción denominada «católico no practicante». Esta respuesta ¿qué significa? ¿qué evalúa? Entiendo que es engañosa y fuera del rigor estadístico.
¿Acaso admitiríamos en otras series, respuestas como «vegetariano no practicante» sobre alimentación, o «lectora no practicante» sobre hábitos culturales, «pacifista no practicante», «ecologista no practicante», y por qué no, «ateo no practicante» … y así al infinito?
¿Acaso admitiríamos en otras series, respuestas como «vegetariano no practicante» sobre alimentación, o «lectora no practicante» sobre hábitos culturales, «pacifista no practicante», «ecologista no practicante», y por qué no, «ateo no practicante» … y así al infinito? Evidentemente que no… ¿Por qué entonces se aplica la categoría de grupo el ser «católico no practicante»? ¿Qué quiere poner de relieve? No se me escapa: añadir un dato biográfico de carácter ritual haber recibido el bautismo a las pocas semanas del nacimiento por voluntad de sus progenitores. Estadísticamente aporta unos números muy significativos asociados al «haber» del mundo católico en sus análisis y conclusiones. Pero la diferencia con el resto de las opciones es evidente: se trata de una declaración personal y consciente sobre su relación con el hecho religioso. En absoluto una opción consciente.
En otras series estadísticas, la respuesta aplicable a quienes no se definen es «No sabe/No contesta» (NS/NC), opción tan comprensible, por muchas razones, como cualquier otra que se hace en un sentido positivo. Curiosamente en estas estadísticas, se ha omitido el «No sabe», sólo figura el «No contesta». Llama la atención porque lo habitual es el NS/NC, pero aquí parece premeditado eliminar el NS, porque la indefinición está contenida en el «no practicante». El resto de las categorías comporta saber, saberse, de una determinada opción. Podría pensarse que de esta forma se obtiene un dato que no sale de su fuente original (los registros de las parroquias, y por agregación la iglesia católica como organización estructurada). De hecho, como organización privada, no tiene obligación de ofrecer sus datos y estadísticas. Es la razón, refrendada por sentencias, por las que no sabremos nunca el número de apostasías que afecta a la iglesia católica. Podría verse como un subterfugio para tener este dato de interés sociológico (pero también la apostasía). Quizás, es una posibilidad, pero la estadística tiene sus reglas de formación y esta mezcla no es aceptable en ningún caso.
Lo que hace sospechosa la actitud de presentar, cada vez menos, elementos para una panorámica de una «España católica» y todo lo que de ello se deriva. Cada vez menos mayoritariamente, por otra parte, pero igualmente beneficiada de esta condición… Pero eso es otra cuestión, mi objetivo es que se trata de un asunto estadísticamente mal planteado, y quizás de forma interesada.
En una perspectiva más general, tampoco deja de ser curiosa la preponderancia del hecho religioso, que es considerado como dato causal y sobre el que pivota cualquier otro sistema de pensamiento. Pero no todo el pensamiento procede de las creencias religiosas, incluso se opone a ellas, cualquiera que sea el credo. Así que, estamos ante una premisa interesada, o simplemente insuficiente. El hecho de que para las estadísticas se opte por centrarse en las creencias y prácticas religiosas, ya comporta el desmerecimiento de cualquier otro sistema de pensamiento como categoría comprensiva del mundo. Y no es sustituible, ni siquiera equiparable: la asociación entre religión y pensamiento, viene a ser un oxímoron de manual.
Pero puestos a hacer estadísticas sobre el hecho religioso, sería del mayor interés considerar cuestiones directamente relacionadas, como es la consideración de la laicidad, respuesta a la histórica y actual interferencia de la Iglesia (su jerarquía) en los asuntos del gobierno de la cosa pública. Dato que sería muy revelador, por otra parte, sobre la naturaleza propia de ambos mundos: el que no es de este mundo (declaración evangélica) y el que sí pertenece al gobierno de las cosas terrenales comunes, que no deberían mezclarse con otra clase de intereses. Y también sería interesante poder sondear sobre la actitud ante la jerarquía católica, que en tantas ocasiones demuestran no estar bajo la responsabilidad civil (asuntos como la pederastia en la iglesia católica, o la increíble atribución de funciones administrativas en el caso de las inmatriculaciones de los bienes que se atribuyen porque sí). Recordemos que, si existe «anticlericalismo» es por el exceso histórico y actual de presencia e influencia en la vida cotidiana del «clericalismo». Pero de esto no se habla, como si fuera «lo natural» y no aceptar esta premisa, la desviación punible: no aceptar esta conceptuación, situarse al margen de su influencia estructural y abusiva, quedaba tildada de persona perniciosa, peligrosa, una «mala compañía»… Secuelas del nacionalcatolicismo, podría decirse, pero que encierra cierta indulgencia. Como así podríamos decir de la trasnochada e injusta «ofensa a los sentimientos religiosos».
En síntesis, considero que no hay un buen planteamiento estadístico sobre este asunto (pensamiento, religión, creencias, convicciones…), y en particular al hecho que motiva este comentario: la mezcla de un dato biográfico, el bautizo (y a la vista está poco significativo), con la opción consciente de practicar una religión o situarse al margen de cualquiera de ellas. Sin olvidar que, por extensión, se ignoran otras cuestiones como la opinión sobre la separación efectiva de Estado e Iglesias. Incluso la ausencia de un tratamiento estadístico que abarque el conjunto de esta realidad del mundo de las ideas, el pensamiento, no sólo las creencias.
Quizás, el asunto podría dar para un intercambio de opiniones, debates y hasta propuestas… Quizás, elevar al INE una consulta para que aclare estas cuestiones, u otras que impliquen la laicidad, la imagen de la iglesia, etc. Sugiero…