Fondos públicos de todas las administraciones se dirigen hacia las iglesias, las fundaciones y las organizaciones no gubernamentales ávidas de fondos para apuntalar el negocio de la caridad. El tener una iglesia católica muy activa en la asistencia social,-generalmente utilizando fondos públicos – empobrece el sistema público de protección social Cuanto más caridad hay, menos protección social existe.
Con motivo de la crisis económica mucho dinero público se está yendo a la caridad y ello pese a que la solidaridad social para los más pobres -es decir el gasto público que se emplea directamente en las personas con gran precariedad de ingresos o sin ingresos—es insuficiente. Las cifras de gasto público en lo social son muy engañosas incluyen ahí mucho gasto político y burocrático que no tiene sentido contabilizarlo en el cálculo. En nuestra opinión lo más importante es saber lo que reciben las personas directamente. Por ejemplo, cual es la renta mínima garantizada, o cuanta gente la recibe anualmente. Pero el gasto social en relación al PIB esconde y oculta un gasto poco justificable para contabilizar como gasto social. Pero más allá de ese debate técnico sobre cómo se cuentan las cosas lo importante es saber cómo estamos en verdad. En primer lugar tenemos el estado de bienestar: esto es básicamente la sanidad, la educación, el acceso a la vivienda, las pensiones y la protección social por desempleo. Por su puesto que se pueden añadir más cosas: calidad del sistema educativo, calidad de la formación profesional, nivel salarial de los trabajadores y un largo etcétera. En todas esas cosas España es un país medio –bajo dentro de la Unión Europea y esta situación es debida al problema estructural de desempleo masivo que tiene nuestro país. Eso hace que todos nuestros índices se disparen a la baja. Entonces tiene razón Rajoy cuando dice que lo más importante es el empleo. También tenía razón Virginia Wolff que decía que lo más importante para la mujer era tener unas guineas y una habitación propia. Más allá del Estado de Bienestar está la protección social, es decir cuando una persona agota el seguro de desempleo o cuando una persona mayor no puede trabajar y no tiene pensión. Eso son los márgenes de la protección social. En general en los países más desarrollados cuando eso sucede lo que hay es techo y pan. Es decir las administraciones te dan una renta de subsistencia y te proporcionan una vivienda si la necesitas; si eres una persona en edad de trabajar te ofrecen, también, formación profesional. Realmente esa es la aspiración mínima que debemos tener como sociedad. Pero en nuestro país el sistema de protección social es muy débil y frágil y no esta garantizado como derechos. Por muy pomposamente que las CCAA hablen de rentas mínimas garantizadas la verdad es que no se garantizan esas rentas mínimas. Lo mismo pasa con la ayuda-muy modesta a la dependencia- tampoco se están garantizando. Es importante tener la aspiración de la seguridad. Las personas deben saber que si se quedan sin trabajo o si ya no pueden trabajar pueden al menos subsistir .Eso no está garantizado en España. Por supuesto algunos podrían decir que pocos países en el mundo garantizan esto. Se equivocan: la mayoría de los países con rentas per capitas por encima de 30.000 dólares lo garantizan de una u otra manera. Se suele poner el ejemplo de EEUU como Estado desastroso en la protección social, pero esa idea de considerar a EEUU como un país sin sistema de protección social es totalmente injusto. Quizás no sea un ejemplo perfecto pero nos atreveríamos afirmar que un pobre vive mejor en EEUU que en España y además en EEUU hay muchísimos menos pobres. Y qué decir de los países nórdicos o de centro Europa donde la protección social es muy sólida. Si exceptuamos el caso francés, donde el laicismo ha dado una impronta fuerte de Estado social al país, en el resto de países católicos la protección social es media –baja: Italia, Grecia, Portugal, Polonia. Es decir, en la fortaleza de la protección social influyen más factores que la renta de un país.
El informe realizado por Comisiones Obreras sobre la protección social en España refleja asépticamente, cual es la situación en España: “Los instrumentos tradicionales con los que cuenta nuestro sistema de protección social se muestran claramente superados ante la realidad creciente que deben proteger. Son ya 771.000 los hogares, y no dejan de crecer, en los que todos sus miembros carecen de cualquier tipo de ingresos salariales (salario, pensión, desempleo, subsidios…); cerca de 2 millones de hogares tienen ingresos per cápita inferiores al 75% del salario mínimo interprofesional (y en ellos viven un total de 6 millones de personas, de los que casi 2 millones son niños); casi 3 millones de familias reconocen que sufren “privación material severa”; es decir, que no pueden acceder a bienes básicos (como calefacción, alimentos, vivienda…). La desigualdad social crece”.
En nuestro país entre cinco y siete millones de personas deberían estar protegidos socialmente de otra manera a como están. Pongamos el caso de la rentas mínimas garantizadas, aparte de que no están garantizadas, estas rentas mínimas de inserción cubren a poquitísima gente .En el año 2013 las personas beneficiadas fueron 258.000 y la cuantía media fue de 418 euros . Pero lo más curioso es que el programa que suponía, en ese año ,1.041,000000 euros la mitad era gasto del País Vasco y donde la cuantía de la renta mínima era mucho mayor que en el resto de España. En efecto, en el País Vasco, la nación como menos desempleo de España , en el año 2013 los perceptores de la renta mínima fueron 75.000 personas y la renta mínima se situó en 663 euros; paradójicamente, en Extremadura, la región con más desempleo de España, los perceptores fueron 1.266 personas y la renta mínima 400 euros. Desde luego estas cifras hablan muy bien del gobierno vasco. ¡España es un país paradójico: tenemos una guardia civil que es militar y unas organizaciones no gubernamentales que son del gobierno!.
La crisis económica ha debilitado nuestro Estado de bienestar y el futuro del mismo es incierto y en cuanto al sistema de protección social para las personas que no tienen nada que era apenas inexistente y que ahora se está convirtiendo en una necesidad para la tan anhelada –por los ricos-estabilidad política y social, es difícil que se pueda reforzar. Y en medio de este turbulento presente, fondos públicos de todas las administraciones se dirigen hacia las iglesias, las fundaciones y las organizaciones no gubernamentales ávidas de fondos para apuntalar el negocio de la caridad. El tener una iglesia católica muy activa en la asistencia social,-generalmente utilizando fondos públicos – empobrece el sistema público de protección social Cuanto más caridad hay, menos protección social existe.