Habla también con el cardenal Omella: —Tienes que cumplir la ley —le espeta en un tono muy desagradable. «Me habla sin ningún respeto», piensa Puigdemont. —Si os habéis saltado la ley, ahora no esperéis según qué… —dice Omella. —Perdone, cardenal, pero nosotros hemos pedido unas garantías muy claras y, si las hay, convocaremos elecciones —replica. Pero cuando se da cuenta de que el cardenal ni siquiera está escuchando, cuelga.
Pocas horas antes de declarar la independencia, Carles Puigdemont colgó el teléfono al cardenal Omella, quien estaba intentando mediar entre el president de la Generalitat y Mariano Rajoy para evitar la aplicación del artículo 155. Así lo admite el propio ex presidente en ‘Me explico’, sus ‘memorias’ sobre los días que concluyeron con la fallida declaración de independencia de Catalunya, la aplicación del artículo 155 y la huida de varios líderes independentistas.
El nombre del cardenal de Barcelona, actual presidente de la CEE, aparece hasta en 17 ocasiones, según ha podido comprobar en exclusiva RD. Desde el comienzo, se nota la animadversión que Puigdemont siente hacia el purpurado. Así, antes de la misa de la Mercé, el ex president confiesa que «no tiene ningunas ganas, y menos para escuchar una homilía del arzobispo Juan José Omella, que intuye que será un llamamiento a la unidad de España».
Un cardenal «en clave españolista»
«Solo habla de unidad y hace unos nombramientos en clave españolista», recalcaba entonces Puigdemont. La del 27 de septiembre de 2017 no fue la única vez en la que dejó a Omella con la palabra en la boca. Durante la misa por las víctimas del atentado en las Ramblas, «sigue la homilía indignado. El obispo Omella, que ha hablado prácticamente todo el rato en castellano, ha saludado públicamente a todas las autoridades y se ha referido a él como «presidente de la autonomía»», se lee.
«Pese a su aspecto impasible, el president está que trina. Aguantará toda la ceremonia con serenidad, pero luego, en el momento de despedirse, no puede evitar espetarle: «¿Cómo se te ha ocurrido tratarnos con ese tono?». Omella abre la boca para responder, pero el president ya ha salido».
En las últimas horas, antes de que todo estalle, Omella vuelve a descolgar el teléfono. Así se cuenta en el libro:
«También le llama el cardenal Omella. Le presiona para que no pronuncie la declaración de independencia y le advierte de que si lo hace, se romperán todas las posibles vías de diálogo. El cardenal Omella y el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española [sic], también se han implicado en la búsqueda de una solución. Omella le explica que todos están trabajando para encontrar una salida, pero sobre todo le pide que no vaya a la DUI».
Esto sucede poco antes de la DUI, según el relato de Puigdemont:
«El cardenal Omella también le llama. En la libreta de notas queda reflejada la conversación:
Cardenal Omella: Rajoy es consciente de la situación en que estamos. No quiere aplicar el 155. Aguantará hasta el último minuto. No puede aceptar un planteamiento de DUI. Hay que abrir un espacio en el Congreso y en el Parlament. Mañana podría haber un pronunciamiento de la Santa Sede a favor del diálogo.
Sonríe. Por los nervios. «¿La Santa Sede? Ya se vio lo que me dijo Antoni Puigverd. Silencio absoluto. Formaba parte de la estrategia para hacerme parar el día 10.»
El libro también consigna alguna llamada con el cardenal Osoro. Así lo anota Puigdemont en su libreta:
Cardenal Osoro: Ayer fui a ver a Rajoy con Omella. Nuestra sensación es que: 1) la salida será muy mala si aplicáis la DUI, 155. La única salida es la convocatoria de elecciones. Lo monitorizarán. Después hablaríamos.
No hubo caso, y finalmente, Puigdemont colgó el teléfono a Omella… y declaró la independencia de Catalunya… durante ocho segundos.