En el país del que Ud. es Copríncipe:
– La mendicidad está prohibida. Si es delito ser pobre, cada vez somos más los delincuentes.
– Sólo uno de cada cuatro habitantes tiene derecho a voto.
– No se respetan los derechos más elementales de los trabajadores, como son el de recibir un subsidio de desempleo o hacer huelga. Por estos y otros motivos, Andorra no se ha adherido a la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
– Los permisos de trabajo y de residencia se poseen y se pierden. Según la Ley de inmigración andorrana cada renovación está ligada a un contrato de trabajo, con lo cual muchas personas pierden las autorizaciones y los derechos adquiridos al perder el empleo.
– Los trabajadores transfronterizos de La Seu y otras comarcas, estás desprotegidos, ante una situación laboral sujeta a unas cuotas injustas que no les permiten acceder a un puesto de trabajo en el Principado. Muchos de ellos se encuentran en situaciones precarias.
– Las puertas están abiertas a los que quieren residir para pagar menos impuestos en España. ¡Andorra quiere ricos rentistas, y no pobres trabajadores!
Andorra ha estado incluida recientemente a la lista de 30 Paraísos Fiscales no cooperativos por la Comisión Europea.
– El Principado niega sistemáticamente información a los jueces españoles sobre cuentas bancarias, que sería vital para esclarecer presuntos casos de corrupción.
Gran parte de los impuestos que deberían sufragar los gastos en sanidad, educación y otras prestaciones sociales de los Estados, van a parar a los Paraísos Fiscales. La elusión y la evasión fiscal son las responsables. La primera es legal, pero éticamente reprobable, y que Andorra espera explotar con el CDI (Convenio para evitar la doble imposición) firmado con España. La segunda ilegal, y practicada por el Principado durante muchos años. Ambas prácticas provocan pobreza y exclusión social, en beneficio de unas élites egoístas y depredadoras.