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Profesores acusan al Obispado de ser cómplice del nacionalismo en Baleares a través de los Colegios Diocesanas

Los Colegios Diocesanos «optan por el catalán» como lengua vehicular de la enseñanza e «incorporarán el castellano y el inglés además de otras lenguas extranjeras». Su Proyecto Educativo Institucional insta a «alentar» a los padres de los alumnos a aprender catalán «lo antes posible».

«Los Colegios Diocesanos han optado por el catalán, que es la lengua de nuestra comunidad, y elemento fundamental y base de nuestra identidad y arraigo a nuestra tierra». Así lo dice la Agenda Escolar del Curso 2019-20 del Colegio Santa María de Palma, uno de los once centros concertados que dependen del Obispado de Mallorca, en su apartado: «Qué lengua se habla en tu escuela».

¿Y qué pasa con el castellano? Pues que según la agenda: «Tu escuela incorporará el castellano, el inglés, además de otras lenguas extranjeras como el alemán y el francés».

Desde PLIS Educación (Profesores Libres de Ingeniería Social), la plataforma de profesores de Baleares que reivindica la escuela «como lugar de aprendizaje y no como medio de instrumentalización ideológica», acusan a la Iglesia «de formar con la Conselleria de Educación un frente nacionalista en la enseñanza, con la bandera de la lengua como excusa».

«Ya estamos acostumbrados a que la Conselleria de Educación se salte la ley e imponga la inmersión obligatoria en catalán, desoyendo la disposición adicional 38 de la Lomce y las sentencias que obligan a ofertar el castellano también como lengua vehicular; pero ahora constatamos que también los colegios concertados dependientes de la Iglesia en Baleares se suman a la infracción y fraude de ley«, denuncian.

El texto no parte gratuitamente de la agenda, sino que está incluido en el Proyecto Educativo Institucional con el que el Obispado de Mallorca quiso unificar los criterios de los centros dependientes de la Diócesis. Allí, además de hablar del perfil pastoral de los centros, del humanismo cristiano, o de unos educadores que se relacionan con el alumno con «humildad y humanidad», se decidió dedicar un apartado al perfil lingüístico que deben tener todos los centros.

En el texto, escrito sólo en catalán, apuntan que los profesores «se decantarán por el uso de la lengua catalana dentro de todos los ámbitos formales». También que la comunicación escrita y oral de la escuela con los padres «será en catalán», así como las reuniones colectivas, y toda la información escrita, como notificaciones y circulares, incluso aquellas que se publiquen en la página web. Al mismo tiempo se dice que «se alentará a los familiares de los alumnos para que aprendan lo antes posible la lengua vehicular de la escuela, la lengua catalana».

En el Proyecto Lingüístico publicado en la página web del Colegio Santa María de Palma, se especifica, en un apartado dedicado a la situación sociolingüística de los alumnos, que «la mayoría son castellano parlantes». Pero que «no existe rechazo hacia el catalán ni por parte de los alumnos ni de los padres«, que recuerdan, «han aceptado el catalán como lengua vehicular del centro».

Cabe recordar que los padres que alumnos de Baleares, en la solicitud de inscripción de sus hijos al cualquier centro de las islas, ya se o no concertado, no tienen opción de elegir la lengua vehicular en la que quieren que estudien sus hijos. Todos se ven obligados a marcar una casilla en la que aceptan la lengua vehicular de los cinco centros a los que optan por orden de preferencia, e incluso la del que no han optado, si finalmente no tienen plaza en ninguno, y se les ofrecen los que quedan con plazas vacantes.

Marcar esa casilla supone una grave dificultad a la hora de tomar medidas legales por razones lingüísticas contra el centro, o la propia Conselleria de Educación del Gobierno de la socialista Francina Armengol, ecosoberanistas y Podemos. Además, no todos los centros tienen publicado su proyecto lingüístico en su página web, lo que obliga a los padres a acudir a cada uno de ellos a solicitarlo, aunque casi siempre está redactado exclusivamente en catalán. Cabe subrayar que el 55% de la población balear no ha nacido en las islas, o que según el último estudio de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), sólo el 38,1% de los jóvenes de Baleares entre 15 y 29 años identifique el catalán como su primera lengua.

Para PLIS Educación, la decisión de usar como lengua vehicular únicamente el catalán «no se justifica por la Diócesis por razones pedagógicas ni académicas, las únicas que han de tenerse en cuenta en un sistema educativo, sino por consideraciones únicamente ideológicas nacionalistas, dando al castellano, lengua materna de la mayor parte de los alumnos de los colegios diocesanos, el mismo trato que a una lengua extranjera».

Denuncian también que la discriminación del castellano se lleve a las relaciones con los padres, que no tendrán derecho a recibir ninguna comunicación oficial, oral o escrita, en castellano, «debiéndose contentar», en palabras del portavoz de PLIS, «con ser atendidos graciosamente de forma oral y particular y en un rincón, tras levantar humildemente la mano y solicitar aclaraciones en castellano». De hecho así se especifica en el documento publicado por el Obispado: «Cuando sea necesario o se pida expresamente, también se emplearán otras lenguas para comunicaciones exclusivamente orales y particulares».

Los profesores del PLIS denuncian que «si la Iglesia tiene entre sus fines cristianos atender a las personas y a sus necesidades, especialmente las de los más desvalidos, no se entiende que apueste con una medida que trata como ciudadanos de segunda a los padres castellanohablantes, que perjudica a un buen número de alumnos, especialmente a los que presentan dificultades de aprendizaje y a los de reciente incorporación, y que impide que el castellano se convierta en vehículo de alta cultura, porque no hay que obviar que una lengua que no se utiliza como vehicular en la enseñanza desde los 3 a los 18 años termina siendo no apta para la abstracción, para la ciencia y para la alta cultura». Y concluyen, «el cristianismo no se dice, se practica«.

Desde la Oficina de Prensa del Obispado de Mallorca no han querido hacer ninguna valoración sobre estas críticas.

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