Trece vírgenes desfilaron el pasado domingo por la ciudad de Chiclana en exaltación de una figura, cristalinamente confesional, como la «patrona», virgen de Los Remedios, en celebración del centenario de su proclamación papal.
Nada tendríamos que objetar a este acto religioso si no fuera por la participación a título institucional del Alcalde, Sr. Román (PSOE), de distintos concejales del PSOE y PP y la importante implicación del Ayuntamiento en el mismo.
Para el poder civil, en un Estado Democrático y Aconfesional, el aniversario de la rúbrica del Papa a un patronazgo religioso es totalmente irrelevante. Es habitual que los lobbys católicos traten de imponer su religión y dioses/as a toda la ciudadanía, por ello es imprescindible que nuestros representantes democráticos estén alerta para no caer en este sometimiento interesado. En Chiclana existen, católicos, musulmanes, testigos de Jehová, evangelistas, budistas,… además de no creyentes, para los que algunas de las creencias de los católicos son falsas, incluso absurdas. Del mismo modo que los católicos consideran ridículas las creencias de otras religiones. Hay una solución para que la ciudadanía no esté obligada a financiar lo que considera absurdo… mantener neutrales a las Instituciones Públicas como en cualquier democracia avanzada, y como recoge la Constitución Española, obviada en Chiclana.
Se han empleado gran cantidad de recursos públicos en la adoración de distintos símbolos religiosos, empleando todos los medios del Consistorio: económicos, humanos y de promoción. Parece que el Ayuntamiento de Chiclana se hubiera convertido en una especie de delegación del obispado, organizando cada uno de los cultos públicos, como si fueran de su competencia. Esperamos que el gobierno municipal dé cumplida cuenta de todos los gastos, de forma detallada, ya que hace unas pocas semanas se ha aprobado un plan de ajuste por la delicada situación económica que padece la ciudad.
Uno de los problemas respecto de la figura de la «virgen» es su utilización para exaltar valores machistas, contrarios a los que se promueven desde la Delegación de Igualdad del Ayuntamiento, en un verdadero acto de esquizofrenia/hipocresía política. El dogma católico pone en un claro papel secundario a la mujer, relegándola a la atención familiar/reproductiva, con completa sumisión al varón y dándole un valor superlativo a la virginidad prematrimonial femenina.
Con estos actos, el PSOE de Chiclana pierde su «norte» y su credibilidad. Hay decenas de promesas de alcanzar la aconfesionalidad de sus máximos dirigentes, además de compromisos en forma de programas electorales y declaración de principios en sus últimos Congresos, que son burladas con actitudes como las tomadas en Chiclana. Éste no es un hecho aislado, entre muchas muestras clericales, el pasado septiembre el PSOE aprobó, en el Pleno del Ayuntamiento, la apertura de expediente de concesión honoraria de Alcaldesa Perpetua a una advocación de la virgen.