Parece ser que hay opositores de religión judía que han solicitado un cambio en la fecha del examen porque este se celebra en sábado. Parece ser que se lo van a conceder. En un estado ¿aconfesional? como el nuestro, admitir que por motivos religiosos unas personas se pueden examinar fuera de fecha en una convocatoria pública resulta incomprensible.
Admitir la reclamación supone que la igualdad de los ciudadanos queda pisoteada. Las condiciones en las que se examinen esos tres creyentes judíos serán diferentes de las condiciones en las que se examinen el resto de creyentes de otras religiones y los no creyentes.
Que el cambio de fecha se deba a motivos religiosos le pone la guinda a lo que los laicos venimos denunciando desde hace tiempo. No puede ocurrir que por la pertenencia a una religión, la que sea, los ciudadanos tengan un trato diferenciado del resto. En este país, lo habitual es que ese trato diferenciado sea para los católicos, ellos pueden retirar dinero del fondo común para su iglesia con la cruz de la renta, tienen derecho a catequesis en la escuela, incluso escuelas concertadas pagadas por todos, tienen curas a sueldo del estado- Ese trato diferenciado lo van reclamando el resto de religiones.
Evangélicos, islamistas y judíos también reclaman la enseñanza de sus dogmas en las escuelas (y lo tienen reconocido, aunque en la práctica haya pocos profesores de religión no católica) e imagino que llevan tiempo negociando su propia casilla en la renta. Un estado aconfesional y laico no significa privilegiar a todas las religiones, significa que ningún ciudadano pueda tener un trato diferenciado en ninguna circunstancia, y menos pagado entre todos.
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