Con la intención de atribuirle a su participación particular un carácter oficial y representativo de la ciudad en su conjunto, una parte de la corporación municipal zaragozana volvió a lucir los elementos protocolarios oficiales, banda y vara, en un acto organizado por una confesión religiosa concreta, desoyendo su obligación constitucional de aconfesionalidad de las instituciones públicas.
La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca (PP-Vox), encabezó con las distinciones oficiales de su condición, banda y vara, la caravana ‘oficial’ del Ayuntamiento de Zaragoza para participar, este pasado domingo, en un acto religioso privado de la Iglesia Católica, la procesión del Cuerpo de Cristo -Corpus Christi en latín-, dejando huérfanas de representación a las decenas de miles de zaragozanas y zaragozanos que no profesan esta variante de la religión católica.
La alcaldesa, junto a los concejales y concejalas de las derechas y extremasderechas, recorrió a modo de desfile o procesión la distancia entre la casa consistorial de la capital del país y el Pilar, donde también participó de la performance religiosa privada. Una ‘misa’ de una hora de duración, de 11.00 a 12.00 horas, presidida por el delegado de la Iglesia Católica Romana en Zaragoza, Carlos Escribano. Chueca felicitó “a los niños que han comulgado este año y a sus familiares”.
Que las y los políticos electos salgan en representación de su cargo público en un acto religioso, con la banda oficial de concejal, es una vulneración de la Constitución española y de la separación de poderes Iglesia-Estado, concretamente del artículo 16.3 CE: ‘Ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal’.
Por ello, y parafraseando a la alcaldesa Chueca ‘en la que ya es una de las tradiciones más queridas de los zaragozanos’, un grupo de activistas del Movimiento Hacia un Estado Laico -Mhuel- volvió a hacer un ‘paseíllo ciudadano’ a la procesión municipal abrazando con dos filas laterales a la comitiva ‘oficial’.
“Ningún problema hay en la participación a título personal de los cargos públicos fuera de su función pública en los actos religiosos. El problema está cuando con la banda municipal desfilan para participar en los festejos que recuerdan a otras épocas”, señalaban desde Mhuel.
MHUEL sigue insistiendo en que “nada tenemos en contra de la presencia de las personas que así lo deseen y dentro de su libertad de culto o creencias asistan a cuantos actos de carácter confesional quieran, siempre a título individual y en el marco de actuación de carácter privado. Estas personas una vez revestidas con banda e insignia de concejal, bastón de mando y el estandarte de la ciudad, tienen que darse cuenta que lo hacen en calidad de cargos públicos que representan a la totalidad y pluralidad de los vecinos de Zaragoza sin distinción por raza, sexo, credo o condición social tal y como sanciona nuestra vigente constitución y por lo tanto abstenerse de dicha participación manteniendo una lógica neutralidad en materia religiosa”.
¡Zaragoza dice basta!
Tras la mañana dedicada a la connivencia con la Iglesia Católica, la alcaldesa Chueca tuvo tiempo para, por la tarde, volver a atribuirse la representación de toda la ciudad de Zaragoza, afirmando en un mitin electoral, esta vez sin banda ni bastón de mando, que “!Zaragoza dice basta! Nuestra ciudad no puede seguir perdiendo por culpa de la inacción de Pedro Sánchez”, olvidando que representa al conjunto de la ciudadanía, incluyendo a las y los votantes del PSOE y del resto de fuerzas políticas e incluso a quienes no votan pero son ciudadanía de pleno derecho.
Ambas actuaciones, demuestran el carácter de los gobiernos de las derechas y extremasderechas, que intencionadamente confunden siempre sus intereses particulares -y los de sus amigos empresarios- o creencias políticas y religiosas con el del conjunto de una sociedad plural y diversa.