El Convento de Santa Clara, que era de propiedad municipal y antigua Mezquita Andalusí, se encontraba abandonado en 1980. En diciembre de ese año el alcalde Julio Anguita decidió entregarlo a la comunidad Islámica con el fin de recordar las huellas andalusíes de la ciudad.
El gesto no habría tenido mayor trascendencia pero las palabras de Almitansir Al Kattani, consejero del rey de Arabia, el día de la entrega de llaves donde hizo entender que “cuando fuesen cientos de miles orarían en la Mazquita de Córdoba”, provocaron una gran polémica.
El entonces Obispo de Córdoba, Monseñor Infante Florido, criticó las cesiones que el Ayuntamiento, con Anguita a la cabeza, estaba realizando a la comunidad musulmana, como la Mezquita del Morabito en la Plaza de Colón o el Convento de Santa Clara. El alcalde respondió con una frase que a lo largo de los años se ha convertido en casi una leyenda urbana, aquel: “Yo soy su alcalde, pero usted no es mi obispo”. Pero, ¿fue así?.
Lo cuenta con más detalle el historiador Manuel García Parody.