Para el arzobispo de Toledo la exposición” Pederoclastia” de Fernando Barredo LOC que se exhibe hasta el 15 de agosto en el Círculo de Artes de dicha ciudad es un ataque a todos los sacerdotes de los que es responsable. Después de sentirse aludido por una obra en la que aparece un “obispóstero” rodeado de pederastas, entiende que es un ataque a todos los sacerdotes y a la fe católica en este neopaganismo que diría VOX. Antes don Braulio, que tal es la gracia del purpurado, dijo que la pederastia es un mal que había que extinguir y es un problema de la sociedad en general. Contrasta la opinión clerical con el texto del autor referido a la exposición como denuncia a “la atroz pederastia practicada, consentida y hasta defendida en el seno de la iglesia católica, que entiende como un abyecto delito de miles de sacerdotes violando a niños en la más absoluta impunidad”. Dándole vueltas al asunto, descubro que en su destino anterior en Salamanca no quiso saber mucho en un caso de abuso. Luego, ya en Toledo, hubo una denuncia también en Juzgado en torno a 2.016, que no tuvo respuesta hasta que la víctima se dirigió al Vaticano. Ahora parece que van adelante las diligencias de las que no se da cuenta para no dañar la imagen de clérigo y víctima.
Como quiera que recuerdo que, pese a que don Braulio opina que este no es un problema de mayor calado entre el clero, recuerdo un evento que sobre el asunto hubo en el Vaticano en febrero de este año. Busco y encuentro que efectivamente, uno 190 jerarcas acuden a la llamada del papa ante la creciente pederastia, pues en 2.018 las denuncias se habían duplicado. En el prólogo las asociaciones de víctima airean las consecuencias psicológicas duraderas en las personas abusadas, por lo que piden que el delito no prescriba en breve plazo. Entre las víctimas españolas se delata la especial cerrazón de la iglesia española que está a mucha distancia de otras como países como Alemania, EEUU e incluso Irlanda, iglesia con un pasado tenebroso en este tema. Congregaciones y órdenes masculinas y femeninas admiten que había denunciado bastante menos de lo que debían en el pasado. Pese a las esperanzas por tanta concurrencia los resultados fueron escasos . El propio pontífice rebaja la autocrítica y achaca al demonio y adláteres tanta persecución. Juajo Tamayo, presidente de la asociación católica “Juan XXIII” lo ve de otra manera. Entiende que estaba mal planteado el encuentro y por ello no podía salir de otra manera. La exagerada presencia del clero patriarcal exclusivamente de varones y sin admitir a las víctimas, protagonistas del conflicto, impedía un debate y solución más valiente. Señalaba el declarante que el Papa, pese a las presiones concita en sí mismo potestad para haber ido más allá. Otro experto en temas religiosos opina que en capítulo también el catolicismo tiene una profunda crisis de credibilidad. Recuerda que hay asuntos en varias instancias de la iglesia que se han tapado y no resuelto con ejemplar decisión. Hay rescoldos de Maciel y el entorno de Legionarios. Está de por medio el enrevesamiento entre pecado y delito al considerar el hecho, para cuya depuración se opone el secreto de confesión, asunto que se ha apartado con gran diligencia en ciertos lugares. En otros o no se toca o los avances son mínimos.
Entre ellos, como nos denota la actitud de don Braulio, está España que merece trato aparte.
Ante el proceso de autocrítica ecuménico en el encuentro vaticano, la Conferencia Episcopal Española, para no desentonar aun más, publica un breve comunicado en el que entona también se “Mea Culpa”. Luego habla de cumplir las 21 propuestas descafeinada con que acabó el evento del Vaticano. A ese respecto el citado profesor Tamayo expresa su sentir con la pregunta ¿Hasta cuando van a seguir abusando de nuestra paciencia?. Blázquez, el presidente de Conferencia Episcopal Española, se ha comprometido con las víctimas, pero se niega a abrir una investigación que realmente permita conocer la dimensión del problemas en nuestro país. A ese respecto se saber que se constituyó una comisión a cargo del Obispo de Astorga de cuya labor apenas se conoce. Volviendo al ámbito público que es donde corresponde defender a la ciudadanías de los delitos sufridos, Roser Maestro diputada por Unidas Podemos se dirige al Gobierno pidiendo información sobre el asunto y las acciones en marcha. Hasta el momento las respuestas del Gobierno no muestra disposición para el asunto, pese a la escasa colaboración de la Iglesia. En este asunto, como en tantos otros, la confesionalidad del estado y las víctimas se ningunean por sus pecados” y silencios.
Antonio Martínez Lara