Los prelados cuestionan las políticas de igualdad de género de la propuesta de reforma
Los obispos del Sur consiguieron ayer poner a casi todo el mundo en su contra. Su nota informativa sobre el nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía no encontró apoyo alguno en organizaciones políticas, sindicales y sociales. Lo más llamativo del comunicado de los obispos andaluces es la "observación" que hacen sobre la igualdad. "El Estatuto", afirman, "hace concesiones a la 'ideología de género' vigente, que propone una pretendida valoración neutra de la sexualidad humana de espaldas a los fundamentos antropológicos de la diferenciación de los sexos y de su complementariedad".
Ni siquiera el PA, la única de las cuatro formaciones políticas del Parlamento que pide el no en el referéndum del 18 de febrero, compartió esa reflexión. Desde el "respeto" hacia los obispos, la portavoz andalucista, Pilar González, aseguró: "La ideología de género no tiene que ver con la antropología sino con la legalidad. Hay una obligación de ordenar la convivencia para garantizar la igualdad".
Pilar Troncoso, representante en Andalucía de la Asociación de Juristas Progresistas, considera "lógica" la posición de los prelados andaluces. "Toda su organización la ha mantenido sobre esa base: se apoya en las diferencias biológicas para justificar la desigualdad. Se confirma que viven en otro mundo, cuando deberían pedir que las mujeres no estén en condiciones de subordinación."
Una de las principales novedades del Estatuto es, precisamente, todo el apartado referido a la promoción de las políticas de igualdad de hombres y mujeres, que recorren de cabo a rabo todo el texto. Un total de 15 artículos regulan este principio, que ningún partido cuestiona. Sólo el PP puso pegas a la obligatoriedad de garantizar la paridad en las listas electorales. De hecho, la ley Electoral andaluza obliga a los partidos a presentar candidaturas en las que se alternen mujeres y hombres. El PP la recurrió ante el Tribunal Constitucional.
No es la primera vez que los obispos de Andalucía opinan sobre el Estatuto. El mismo día que el Congreso aprobó, el 23 de mayo, la toma en consideración de la propuesta de reforma, los prelados hicieron público un comunicado antiestatuto. Animaban a los católicos a oponerse "a cualquier intento de legislación contrario a los derechos fundamentales de la persona y de los grupos sociales tal como son declarados y defendidos por la doctrina social de la Iglesia".
Entonces, los obispos criticaron la alusión a la "realidad nacional" de Andalucía, la enseñanza pública laica, la regulación de a familia y los "atentados contra la vida humana", en alusión a la eutanasia, que en ningún momento, a lo largo de toda su tramitación, aparece en el texto.
A la portavoz de IU, Concha Caballero, le llama la atención el argumento sobre la ideología de género. "Las declaraciones de los obispos confirman la modernidad de una Estatuto del siglo XXI". A su juicio, la Iglesia católica "no ha asumido la igualdad" como fundamento de su actuación. "Son declaraciones retrógradas, reaccionarias, propias de una institución medieval". Y "desmesuradas" y "tremendistas", añadió el portavoz socialista, Manuel Gracia.
El presidente de la Junta, Manuel Chaves, echó mano de la ironía y dio la "bienvenida" a esas aportaciones. Chaves recordó que el nuevo Estatuto se hizo "pensando en toda la ciudadanía, religiosos y no religiosos, católicos y no católicos, y desde una posición civil y no confesional en función de lo que dice la propia Constitución".
Aunque sin llegar a nombrar expresamente a los obispos, el presidente del PP, Javier Arenas, afirmó que el Estatuto "preserva todos los derechos" y supone "un profundo respeto a todas las convicciones religiosas y, sobre todo, a la católica, que es la mayoritaria en Andalucía". También dijo que en el texto aparece "meridianamente clara" la libertad para los padres de elegir la educación de sus hijos.
La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar (IU), se mostró sorprendida porque "un estamento como la Iglesia pretenda entrar en campaña electoral e influir en lo que debe ser un espacio propiamente para la sociedad civil".
El secretario general de la UGT, Manuel Pastrana, pidió a los obispos que hagan una lectura "sosegada", porque la que han hecho es "sesgada, parcial y poco orientativa".