KRISTIN KOBES DU MEZ / HISTORIADORA Y PROFESORA DE ESTUDIOS DE GÉNERO
El binomio Jesús y John Wayne resulta para los evangélicos conservadores (mayoría dentro de este credo) una identificación bella, precisa, verdadera y contundente. No tanto como a un santo dos pistolas sino como al mismísimo Cristo un revólver. Sin ironía. La historiadora y profesora de Estudios de Género en la Universidad Calvin de Grand Rapids, en Michigan, Kristin Kobes Du Mez, acaba de publicar su ensayo Jesús y John Wayne. Cómo los evangélicos blancos corrompieron una fe y fracturaron una nación (Capitan Swing), en el que analiza de qué modo influyen los evangélicos no solo en la política norteamericana, sino en otras partes del mundo como Brasil o México, la estrategia que utilizan para combatir el feminismo y la lucha por los derechos LGTBQ, y su asombroso mercado de productos religiosos que calan en un entramado social que muchas veces ni es consciente del mensaje que recibe.
¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, los evangélicos influyan –a veces de manera decisiva– en los distintos gobiernos democráticos, no solo de Estados Unidos, sino de Brasil, de México..?
En Estados Unidos, los evangélicos blancos suponen alrededor del 14% de la población, aunque algunas encuestas hablan del 25%, dependiendo de los parámetros que se utilicen para computar (sentirse evangélico, acudir a los servicios religiosos, identificarse con sus postulados, etc.) Se mire como se mire, es una cifra de población relevante. Pero si nos vamos al Partido Republicano, casi el 40% de sus miembros y seguidores son evangélicos, lo que nos hace pensar que ejercen un poder significativo dentro del partido. Eso obliga a los distintos candidatos republicanos a contar con ellos, a contentarlos, si quieren que sus carreras prosperen.