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“Hace un par de semanas en Madrid un grupo de estudiantes de secundaria feministas se manifestaron junto con algunas de sus compañeras musulmanas…”.
Hace un par de semanas en Madrid un grupo de estudiantes de secundaria feministas se manifestaron junto con algunas de sus compañeras musulmanas para defender el derecho de las segundas a acudir a clase con la cabeza cubierta por el pañuelo islámico. Protestaban por considerar que algunas medidas del gobierno autónomo madrileño (dirigido por una mujer) iban en contra de la libertad de cubrirse, siendo su deber como feministas defender los derechos de sus compañeras agredidas. Como se pueden ustedes imaginar, las reacciones no se hicieron esperar. Defender en nombre del feminismo y de la libertad de la mujer el uso de una prenda de vestir que sólo deben usar las mujeres por ser mujeres, pero no los hombres, suena un tanto contradictorio.
En el fondo, la reacción de las alumnas feministas es sencilla de entender: el feminismo en el presente se identifica muy mayoritariamente con la izquierda, el gobierno de Madrid hoy en día es de derechas, así que es feminista ir contra el gobierno de Madrid para defender una prenda de ropa concreta, aunque esta sea en sí misma un símbolo de sumisión y sometimiento de la mujer. Sumen a esto que en Europa todo lo que tenga que ver con los países musulmanes es visto por una parte relevante de la izquierda como merecedor de ser apoyado como parte de la lucha universal contra el imperialismo, el eurocentrismo y el capitalismo.
Todo esto permite entender qué hacía un grupo de adolescentes defendiendo en nombre del feminismo y de la libertad el derecho de someterse y de ser inferiores a los hombres de otro grupo de adolescentes. La pregunta de fondo, más allá de la necesaria reflexión sobre lo perdido que está gran parte del feminismo actual, es si efectivamente llevar pañuelo islámico es un derecho a proteger o algo a prohibir. No se crean que es un debate entre libertad religiosa e igualdad de la mujer. Eso es lo que arguyen todos cuando muchos de los que defienden la libertad religiosa no tolerarían la de los otros, si ellos tuvieran el poder. Y muchos de los que defienden la igualdad, lo que querrían es echar al mar a todos los musulmanes. Seré claro: el pañuelo es un símbolo de opresión, pero si alguien quiere ser oprimido, ¿quién soy yo para impedírselo? Sí, hay que dejarles usar pañuelo. Su uso no es un ejercicio de libertad, sino de estupidez, pero la libertad consiste precisamente en poder ser estúpido y que nadie pueda impedirlo, si uno lo desea así y no perjudica a terceros.