Jordania pidió el domingo a Israel que ponga fin inmediatamente a las violaciones de los colonos contra la mezquita de Al-Aqsa en la Jerusalén Oriental ocupada.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Haitham Abu Alfoul, condenó en un comunicado las intrusiones de los colonos en el lugar sagrado y sus violaciones de su santidad mediante prácticas provocadoras bajo la protección de la policía israelí.
Alfoul dijo que las intrusiones “representan una violación flagrante e inaceptable del derecho internacional y del statu quo histórico y legal en Jerusalén y sus santidades”.
Añadió que “las continuas violaciones y ataques a los lugares sagrados representan una política peligrosa que llevaría a una mayor escalada, lo que tendría consecuencias para todos.”
Subrayó que Al-Aqsa “con toda su superficie de 144 dunum, es un lugar de culto únicamente para los musulmanes”, y añadió que el Departamento de Dotación de Jerusalén y Asuntos de la Mezquita de Al-Aqsa, dirigido por Jordania, es la entidad legal con autoridad y jurisdicción exclusivas para gestionar y regular la entrada a los patios del lugar sagrado.
El domingo, por primera vez desde 1967, Israel permitió a colonos extremistas escoltados por la policía irrumpir en el recinto de la mezquita de Al-Aqsa, en la Jerusalén ocupada, a través de la Puerta de los Leones, en el lado oriental del complejo, que es de uso exclusivo de los musulmanes.