Israel tiene el control de la Explanada de las Mezquitas y el resto de la Ciudad Vieja de Jerusalén desde la Guerra de los Seis Días (1967).
El Gobierno palestino ha alertado del riesgo de «una guerra religiosa» a causa de la reciente visita del ministro de Seguridad Pública de Israel, Itamar Ben Gvir, a la Explanada de las Mezquitas, que ha enmarcado en una «continuada agresión israelí» contra el lugar, conocido por los judíos como Monte del Templo.
El Ministerio de Exteriores palestino ha tildado a Ben Gvir de «supremacista» y «fascista» y ha pedido a la comunidad internacional que «actúe urgentemente para impedir la inminente explosión de la situación en Palestina y las graves amenazas que los crímenes y violaciones israelíes suponen para la paz y la seguridad internacional».
Así, ha manifestado que el ministro, líder del ultraderechista Otzma Yehudit, «ha llevado a cabo repetidos actos de incitación contra el pueblo palestino y su lugar sagrado» y «ha azuzado en repetidas ocasiones la violencia y el terror con su retórica incendiaria, sus amenazas de odio y sus acciones provocativas».
El ministerio ha denunciado además que la visita de Ben Gvir contara con la «protección de las fuerzas ocupantes israelíes» en lo que ha descrito como «un nuevo intento beligerante de reafirmar la soberanía israelí sobre los lugares sagrados, lo que supone una grave violación del Derecho Internacional».
«El Estado de Palestina hace a Israel, potencia ocupante, y a sus políticos y funcionarios, totalmente responsables de las explosivas repercusiones de sus continuadas medidas ilegales y provocativas, que tendrán consecuencias de largo alcance para la paz y la seguridad regional e internacional», ha explicado.
En esta línea, ha reiterado que la Explanada de las Mezquitas «es un lugar de rezo musulmán, protegido y preservado por el ‘statu quo’ histórico y acordado internacionalmente, bajo la única autoridad de Bienas Habices y la custodia de Jordania».
«Las continuadas agresiones de Israel contra la Explanada de las Mezquitas buscan claramente su división espacial y temporal para permitir el rezo de los judíos allí e imponer el control de Israel sobre el lugar sagrado. Recordamos que Israel, potencia ocupante, no tiene demandas legítimas o soberanía sobre Jerusalén, incluido Jerusalén Este, su Ciudad Vieja, sus muros y sus lugares sagrados», ha agregado.
Por ello, ha reclamado que «todos los países y organizaciones actúen urgentemente, tanto de forma colectiva como individual, para contener y reclamar el fin inmediato de todas las agresiones de Israel, potencia ocupante, contra el pueblo palestino y sus lugares sagrados, especialmente en Jerusalén».
«Las condenas y el no reconocimiento deben estar respaldadas por medidas serias y tangibles para una rendición de cuentas, que son imperativas para poner fin a estas peligrosas provocaciones y estas políticas y acciones ilegales», ha señalado el ministerio.
«CLARO CONSENSO INTERNACIONAL»
En este sentido, ha publicado un segundo comunicado en el que ha aplaudido el «claro consenso internacional» derivado de la catarata de críticas a Ben Gvir por su visita, que ha llegado de parte de países árabes y musulmanes y de otros estados occidentales, incluidos Estados Unidos, Francia y Alemania.
«El ministerio considera que estas respuestas reflejan un claro consenso internacional no sólo en rechazo y condena de las prácticas del Estado ocupante en Jerusalén, sino a la hora de abordar lo que es una parte integral del territorio palestino ocupado desde 1967, en línea con las resoluciones internacionales», ha apuntado.
De hecho, ha hecho hincapié en que «es un mensaje global con características y contenido claro para el Gobierno extremista de (el primer ministro israelí, Benjamin) Netanyahu, que incluye una advertencia contra la aplicación de medidas o pasos que perjudiquen la situación en Jerusalén y la totalidad de los Territorios Palestinos Ocupados».
Ben Gvir ha defendido en las últimas horas su visita a la Explanada de las Mezquitas y ha denunciado el «racismo» existente por el hecho de que el ‘statu quo’ prohíbe rezar en el lugar a los judíos que entran en el Monte del Templo.
El ‘statu quo’ en la Explanada de las Mezquitas impide a los judíos rezar en la Explanada de las Mezquitas y autoriza únicamente que visiten el lugar en horarios predeterminados y que lo recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías que deben vigilar que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religiosos.
Israel tiene el control de la Explanada de las Mezquitas y el resto de la Ciudad Vieja de Jerusalén desde la Guerra de los Seis Días (1967). Sin embargo, permitió que Jordania siguiera manteniendo la autoridad religiosa en el lugar y, según el acuerdo de paz, reconoció el «papel especial» de Jordania sobre «los lugares santos musulmanes en Jerusalén».
Israel considera Jerusalén como su capital «indivisible», si bien el estatus de la ciudad está pendiente de un acuerdo de paz con las autoridades palestinas, que reclaman Jerusalén Este como capital de un Estado en las fronteras de 1967 en el marco de una solución de dos estados respaldada por la comunidad internacional, que apela igualmente a que no se realicen cambios al ‘statu quo’.