El pleno municipal acuerda, con el voto favorable del tripartito, la abstención de Ciudadanos y la negativa del PP, conocer el listado de bienes registrados por la institución religiosa
Los grupos que sustentan al gobierno local en el Ayuntamiento de Oviedo, PSOE, Somos (marca local de Podemos) e IU, han sacado adelante con sus votos una proposición que pide conocer el listado de los registros de la propiedad de los bienes inmuebles de la Iglesia Católica en el municipio. El tripartito ha negado que la medida busque «expoliar» las posesiones de la institución religiosa y el PSOE ha matizado que su intención es alcanzar una solución «general» para poner fin a un episodio de «pornografía inmobiliaria».
Ciudadanos se ha abstenido y el PP ha votado en contra. El concejal popular Gerardo Antuña ha dicho que ni siquiera los grupos que sustentan al gobierno local se ponen de acuerdo en el objetivo de la proposición. Para IU, ha afirmado, el fin último de la iniciativa no es otro que cobrar el IBI a la Iglesia Católica, un argumento que la concejala de IU Cristina Pontón ha negado.
Por parte del PSOE ha intervenido el edil Ricardo Fernández, quien ha negado que se busque expolio alguno. Más al contrario, ha señalado que lo que se busca es una solución «general» para una situación que ha supuesto un episodio de «pornografía inmobiliaria», tras unos años en los que la Iglesia ha registrado unas 40.000 propiedades.
Antuña ha dicho que detrás de la proposición se esconden organizaciones privadas y que la iniciativa busca un «expolio» y es «anticlerical». En este punto ha querido responderle la concejala de Somos Mercedes González, quien ha dicho que ella forma parte de la iglesia que comenzó con un Jesús que predicaba la «austeridad» y la «igualdad» como «valores supremos».
«Por eso llama mucho la atención que una parte de la Iglesia haya olvidado el mandato evangélico y lleve siglos procurando registrar a su nombre bienes que deberían ser del pueblo», ha comentado la concejala de Somos, que ha añadido que la propuesta va en la línea de los valores que defiende el Papa Francisco y que habría que propiciar un retorno a una iglesia «de los pobres y para los pobres».