Como todos saben, los católicos necesitan ser protegidos de un dios supuestamente amoroso mediante un hechizo mágico llamado bautizo que es lanzado por un clérigo, para que dicho dios —que se supone que lo sabe todo— sepa que ellos tienen la única fe verdadera y así no los condene al fuego eterno del Infierno junto con todos los que tienen la fe equivocada.
El problema con los hechizos mágicos —como bien nos enseñó Hermione— es que deben decirse de forma exacta, sin la menor desviación o alteración, o no funcionan; y cuando se dirigen a un dios omnisciente, éste no los entiende incluso si una sola palabra está mal, ¡así que no funcionan!
Esta parece ser la posición oficial de la Iglesia Católica, pues la diócesis de Phoenix, Arizona (EEUU), ha informado a miles de personas que creían tener el hechizo protector del bautizo, que no tienen tal protección porque el párroco que llevaba realizando el hechizo durante más de 20 años se equivocó en una palabra al pronunciar el encantamiento del ritual, que también incluye movimientos mágicos de las manos y agua mágica:
El sacerdote colombiano, Andrés Arango, quien se desempeñó por varios años como párroco en Phoenix, Estados Unidos, se volvió noticia debido a que por usar durante 25 años una formulación incorrecta de palabras al momento de bautizar a miles de feligreses, ahora los que hicieron participes de estas ceremonias se les invalido el sacramento, esto por decisión de vaticano.
De acuerdo con los medios internacionales, la frase que usaba era: “Nosotros te bautizamos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Pero la forma correcta era “yo te bautizo”. Esto aunque parece un error pequeño para la iglesia tiene una connotación que afecta todo el proceso.
El obispo Thomas Olmsted de la Diócesis de Phoenix, explicó a CNN que: “el problema de usar nosotros”, implica que “no es la comunidad la que bautiza a una persona, sino que es Cristo, y solo Él, quien preside todos los sacramentos, por lo que es Cristo Jesús quien bautiza”.
Ahora bien, la iglesia esta tratando de buscar una solución para su seguidores, pues como el bautizo el el primer sacramento, esto podría hacer que los afectados tengan que volver hacer todos los procesos (comunión, confirmación y hasta matrimonio).
En el caso de los matrimonios no se ha especificado de que forma se podría arreglar todo, pues Olmted declaró: “Desafortunadamente, no hay una única respuesta clara. Hay una serie de variables cuando se trata de matrimonios válidos, y el Tribunal está aquí para ayudar”.
Todo se descubrió luego de que el Vaticano emitiera una nota doctoral en el 2020 en la que aclaraba que los bautismos que hubieran sido realizados con la fórmula “Te bautizamos en el nombre del Padre y del Hijo del Espíritu Santo”, no eran válidos. A partir de ahí, la Diócesis Católica Romana empezó a investigar a sus líderes religiosos y recién el mes pasado fue que descubrieron que el padre Arango había llevado a cabo los bautismos de manera incorrecta, en todos los lugares donde había servido hasta ahora.
A pesar de que el padre Andrés Arango renunció cuando su ritual malogrado se hizo público, la Iglesia lo ha mantenido en sus filas, y lo ha puesto a cargo de tomar las medidas correctivas para lanzar el hechizo correctamente sobre los miles de ciudadanos de Arizona que actualmente corren el peligro inmediato de ser condenados directamente al fuego eterno del Infierno en caso de que mueran.
Arango va a necesitar toda la ayuda que pueda obtener, porque tomar las medidas correctivas va a estar un pelín complejo. Primero, nadie sabe a cuántas personas maldijo Arango de esta manera, ya que él fue sacerdote en varias otras parroquias antes de sus últimos 50 años maldiciendo a los niños de Phoenix. Él también operó en San Diego, California, y en Brasil.
Segundo, la doctrina de la Iglesia Católica establece que el bautizo es un evento transformador que sólo se produce una vez en la vida y que da lugar a un «cambio ontológico» permanente en la esencia de la persona, y esto no se puede deshacer ni rehacer, así que teológicamente el ‘rebautismo’ está fuera de discusión.
Para más inri, los ex-parroquianos de Arango dicen que están seguros de que Jesús lo perdonaría, pero si así fuera, nadie necesitaría ser bautizado en primer lugar. A ver: de lo que establece la Iglesia, Jesús condenará al Infierno a las desafortunadas víctimas de Arango porque no puede entender lo que el sacerdote quiso decir, por lo que ni siquiera puede saber lo que habría que perdonar. Lo único que Jesús entiende es que las víctimas de Arango no pasaron por un ‘cambio ontológico’ válido, por lo que no los puede distinguir de los que deben ir directamente al Infierno por no tener la esencia humana adecuada.
Así que Arango la tiene de p’arriba en su proyecto de identificar un ‘cambio ontológico’ que es indetectable por cualquier medio conocido por el hombre, por lo que le va a ser imposible saber quién ha sufrido la transformación del bautizo y quién no.