La decisión establece que fijar la edad mínima para votar en 18 años no se ha justificado como un límite razonable al derecho de voto de las personas
El Tribunal Supremo de Nueva Zelanda ha aceptado una apelación para reducir la edad para votar a 16 años, argumentando que la norma que impide votar a los jóvenes de 16 y 17 años es discriminatoria por razón de edad. La decisión establece que fijar la edad mínima para votar en 18 años no se ha justificado como un límite razonable al derecho de voto de las personas.
El grupo Make It 16 argumentó que la edad para votar a los 18 años es una violación de los Derechos Humanos, de tal forma que su intención es obligar al Parlamento a someter la cuestión a un debate especial. Con la sentencia de este lunes, las juezas, Ellen France y O’Regan, han dictaminado que se debe anular una decisión anterior del Tribunal de Apelaciones que rechazaba el caso de Make It 16. La codirectora de la iniciativa, Caeden Tipler, ha calificado el pronunciamiento del Supremo de hecho «histórico», indicando que confían en que la ley cambiará.
«Hay un proceso formal para que el Parlamento analice la declaración de inconsistencia y somos muy optimistas de que, una vez que el Parlamento revise la decisión, (los legisladores) verán que bajar la edad para votar es lo correcto», ha declarado Tipler.
«Aunque estemos celebrando, todavía tenemos mucho más por hacer», ha reconocido la activista en declaraciones recogidas por el periódico NZ Herald. La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, ha declarado que el fallo del Supremo de este lunes no significa que el Parlamento esté obligado a cambiar la ley.
«El Gabinete ha discutido el proceso posterior a la sentencia y ha decidido redactar una ley para que el Parlamento considere reducir la edad para votar a 16 años», ha explicado Ardern, antes de reconocer que dicha ley no estaría vigente para las próximas elecciones.
Por su parte, la primera ministra ha apoyado personalmente la reducción de edad, pero ha matizado que se necesita un consenso del 75 por ciento de la Cámara Baja. «Creo que deberíamos eliminar la política, deberíamos dejar que cada parlamentario exprese su opinión», ha sostenido.