La presidenta del Senado, Pilar Llop (PSOE), ofrece aperitivos a los asistentes a la cena solidaria para personas sin hogar .
En vez de legislar y actuar políticamente para que toda la ciudadanía tenga los recursos necesarios, que es su obligación y competencia, prefieren seguir al «padre Ángel» abriendo el Senado para una cena «solidaria» y salir en la foto sentado en la mesa «un pobre». Se olvidan que la verdadera solidaridad es hacer que todas las personas tengan autonomía económica y personal, y no verse haciendo cola para que 150 personas coman una noche de la caridad. Una bonita estampa navideña que les hace y hace olvidar la lucha por la justicia. ¡Y así todos contentos y el negocio de la solidaridad caritativa viento en popa!
En torno a 150 personas sin hogar han acudido esta Nochebuena a la cena solidaria de Mensajeros de la Paz, que este año cuenta con un menú ideado por el chef con una estrella Michelín Rodrigo de la Calle y que se celebra en el Senado para dar una mayor visibilidad a quienes padecen la precariedad y exclusión.
La Mesa de la Cámara Alta acordó por unanimidad la celebración de la cena de Nochebuena en respuesta a la solicitud del padre Ángel García, cuya asociación cifra en 2.000 las personas sin techo y 30.000 en toda España.
En años anteriores, la cena de Mensajeros de la Paz se celebró en recintos emblemáticos como el Museo del Prado, el Ayuntamiento de Madrid o el Círculo de Bellas Artes
Personas sin techo, otras que reciben la Renta Mínima de Inserción (REMI) de 425 euros y que tras pagar una habitación carecen de recursos, así como familias acogidas o beneficiarios de los «hogares de Oportunidades» de Mensajeros de la Paz (asociación fundada en 1962 por el Padre Ángel García), han sido los invitados estrella de la noche.
Uno a uno han ido accediendo al Senado, mostrando previamente la invitación en la que figuraba su nombre, por los arcos de seguridad y los escáneres para, a continuación, ser recibidos por voluntarios de la ONG, algunos senadores y personal de la cámara, quienes desde primer ahora de la tarde han ultimado detalles para esta «cena de gala» con la que pretenden agasajar por una noche a las personas sin techo.
Alegría y palabras de agradecimiento por parte de muchos de los invitados es lo que se ha oído en los pasillos del Senado, además de la estupefacción expresada por quienes nunca han tenido la oportunidad de acceder a una cámara parlamentaria.
Y la esperada cita: el restaurante del Senado. Allí, tras las palabras de la presidenta del Senado, Pilar Llop, se ha servido el menú solidario, en total, cuatro platos.
Una tabla de ibéricos con almendras fritas, crema de romanescu, coquelet asado con puré de patatas trufado y, para el postre, una tarta de manzana con helado de turrón, así como los tradicionales dulces navideños.
Llop ha pronunciado unas palabras de bienvenida en las que ha manifestado que es «un gran honor» para la cámara el atender la petición de Mensajeros de la Paz.
Ha sostenido que, si bien con esta iniciativa no se soluciona un problema de gran calado social, si representa «un gran gesto» y «una llamada de atención» para poner «el foco sobre las necesidades de las personas que están pasando por graves dificultades» y que precisan de «atención por de administraciones e instituciones públicas».
Y entre plato y plato, la presidenta del Senado ha saludado a los asistentes mesa por mesa, para expresarles que su presencia en esta cena «dignifica a la cámara».
A su llegada al Senado, el Padre Ángel García ha manifestado a la prensa su agradecimiento porque la Cámara Alta haya posibilitado que se lleve a cabo aquí la cena y ha manifestado que para este tipo de compromisos con los más desfavorecidos «hay hueco y hay sitio», y sino lo hubiera, ha reivindicado, «hay que hacerlo entre todos».
Cristina Ayala (PP), Antonio Gutiérrez (PSOE), Josefa Inmaculada González (PSOE), Tomás Marcos Arias (Ciudadanos), Eduardo Fernández (grupo parlamentario Izquierda Confederal), han sido algunos de los parlamentarios que se han visto colaborando en los pasillos del Senado esta Nochebuena.