De otro lado, por lo poco o nada que me vincula al catolicismo (mis padres no quisieron que se me bautizara sin dar yo el consentimiento, algo infrecuente en un español nacido en los años cincuenta) y porque soy un escéptico con predisposición laica y una propensión agnóstica a seguir el dictado de la razón, necesito tiempo y más datos para darle credibilidad a ese Santo Padre que se deja fotografiar en un viejo cuatro latas como si fuera un hippy o un misionero.
Pero no voy a ser intransigente de entrada y concederé un margen de tiempo para procesar la información que perciba de los actos espontáneos mas allá de la actuación de una farsa si en verdad la hay. Y si el batacazo llegara a producirse, sería el primero en decirlo. Que a nadie le quepa duda.
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