En los días previos a Semana Santa se organizaron procesiones de niños dentro del horario lectivo. Las procesiones contaban con bandas de música e incluso en algunas la Guardia Civil escoltó a los pequeños
Es una forma de adoctrinamiento inaceptable porque la sociedad es plural, la componen personas de diferentes religiones y de personas que no practican ninguna
Con motivo de la pasada semana santa se organizó en diferentes localidades de la Región, en los días previos a las vacaciones jueves 22 y viernes 23 de marzo, desfiles de niños procesionando a partir de los 3 años. En la mayoría de los casos dichos desfiles se hacían dentro del horario lectivo de los colegios y participaban tanto colegios públicos como concertados.
En algunos pueblos se hacía por primera vez, en otros se empezó hace unos pocos años, en unos gobierna el PSOE y en otros el PP, en la mayoría de ellos participaban bandas de música e incluso en algunos participó la Guardia Civil escoltando a los pequeños. El objetivo era emular las procesiones de los mayores en cuanto a vestimenta, pasos o música.
Hubo desfiles en Alcantarilla, Bullas y La Copa, Jumilla, Ceutí y en el barrio de Vista Alegre en Murcia.
En EUROPA LAICA nos parece inaceptable que se organicen dichos desfiles. No entendemos la necesidad de utilizar a niños sólo por el capricho de verlos procesionar, cuando el que quiera puede hacerlo unos pocos días después, dentro de la semana santa oficial, donde los niños de todas las edades tienen la posibilidad de hacerlo. Es una perdida de tiempo y un gasto inútil de energía y de dinero, y, en algunos casos, sobre todo en los pueblos más pequeños, puede dar lugar a disputas entre los defensores de la actividad y los padres que no la consideran necesaria dentro del horario escolar de sus hijos. Sin embargo, se ven arrastrados a consentir tal disparate porque no pueden explicar a sus hijos su postura. Además, si su intención contraria a tal actividad es detectada por otros padres o profesores es muy mal vista por la mayoría de la comunidad, por lo que se pueden sentir menospreciados e incluso marginados, convirtiéndose en un problema serio de convivencia.
También es una forma de adoctrinamiento inaceptable; la sociedad es plural, la componen personas de diferentes religiones y de personas que no practican ninguna, que desean educar a sus hijos fomentando su libertad de conciencia para cuando sean adultos elijan por sí solos la opción que consideren. Por lo que organizar, exaltar o promocionar actividades de una determinada opción religiosa es en la actualidad un gran error.
Juan Celdrán
Coordinador de Murcia Laica