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[Nicaragua] ¿Menos personas siguen las religiones en todo el mundo? El fin de la fe no está tan cerca como pensamos

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Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:

El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.

Todas las sociedades parecen tener algún tipo de religión, no hay excepciones. Tenemos, por ejemplo, el síntoísmo de Japón, que rinde tributo a varios espíritus sobrenaturales (Kami). Tradiciones espirituales como el taoísmo en China, o el budismo e hinduismo en el sur de Asia, en donde se busca estar en armonía con la naturaleza. Y, por supuesto, religiones monoteístas como el cristianismo o el Islam, en las que se hace lo que dictan las sagradas escrituras.

Sin embargo, las nuevas generaciones son cada vez más renuentes a creer en Dios, Shivá, Alá o Buda. Cada persona dentro de estas culturas ahora tiene sus propios mitos sobre el origen del Universo, y sigue religiones más personales que espirituales.

En promedio, hay muchos más ateos en la actualidad de los que había hace un par de años, tanto en cantidad como en porcentajes. De hecho, se estima que el número de personas que se consideran religiosas descendió del 77% al 68% entre 2005 y 2011. Con lo cual parece que la fe va en declive.

Pero el descenso de creyentes, no siempre significa la desaparición de las religiones. Y para entender por qué, primero necesitamos saber primero dónde empezó todo.

¿Cómo nacieron las primeras religiones?

Hay cerca de 4.200 tipos de religiones, pero solo 16 son las más reconocidas / Créditos: El Orden Mundial

Si somos de Latinoamérica o sus alrededores, de seguro hemos visto en estos dos últimos milenios toda clase de alusiones a Judea. El lugar en el que se cree que surgió el cristianismo y sus distintas vertientes. 

No obstante, la historia de la religión como práctica (no de la teología) es mucho más antigua de lo que pensamos. 

Se estima que las personas comenzaron a seguir religiones que carecían de dioses o códigos morales hace 500.000 años. Es decir, creencias chamánicas que pertenecían a los cazadores y recolectores de las tribus, pero que todos aceptaban como parte de la vida en comunidad. 

La religión es, básicamente, la creencia en seres sobrenaturales como los dioses, fantasmas, demonios y espíritus. Con lo cual las experiencias de trance y los viajes espirituales también son manifestaciones religiosas.

Muchos historiadores incluso consideran que cosas tan simples como “compartir el pan”, algo que hacían nuestros primeros antepasados, era un indicio de algún tipo de ritual religioso. Al igual que las fosas que construían para sepultar a sus difuntos. Así que puede que las religiones humanas hayan surgido como algo natural mucho antes que el Homo sapiens, hace unos 19 millones de años aproximadamente.

Sin embargo, con la llegada de la ciencia y las corrientes de pensamiento racional, la religión pasó a ser otra disciplina del saber como la sociología. Lo que poco a poco fue modificando nuestra visión de lo que es la fe.

Ahora las creencias de las personas han cambiado

Vía Pixabay

Las principales religiones del mundo tienen un enfoque muy limitado actualmente, pues repiten normas y tradiciones sin aclarar el porqué. En esencia, la sociedad ha creado un estándar para la religión que no muchos quieren seguir.

Por ejemplo, Japón, Reino Unido, Canadá, Corea del Sur, Holanda, Alemania, Francia y Uruguay son países en los que la religión era muy importante hace apenas un siglo. Pero ahora, la tasa de creyentes se sitúa entre las más bajas del mundo.

De igual forma, muchas familias de tradición religiosa en Estados Unidos han dejado de asistir a las ceremonias. Y sus hijos, afirman ser ateos (que no creen en la existencia de Dios) o agnósticos (que no pueden comprobar la existencia de Dios). 

Esto por supuesto, se debe a muchos factores, como el confinamiento o el estilo de vida moderno. Pero la principal razón por la que hay cada vez menos personas que siguen una religión es, sin duda, por culpa de las ciencias.

Ciencia vs religión

Vía Pixabay

Los neurocientíficos han tratado de comparar los cerebros de creyentes y escépticos, y de observar qué pasa en nuestros cerebros cuando rezamos o meditamos. Esto a fin darle un sentido a la religión. Pero, hasta ahora, ninguno ha encontrado ese supuesto “punto de Dios” que justifica nuestras creencias.

Por el contrario, lo que han demostrado día a día es que Dios no creó el Universo, ni hizo al hombre a su imagen y semejanza. 

Así que muchas personas han perdido su interés en aquellas doctrinas que creen que “los engañan” o “que no saben lo que dicen”. Pero, curiosamente, en la actualidad casi nadie ha perdido la fe.

Tras la pandemia, muchas personas que antes no seguían ninguna religión empezaron a proyectar sus pensamientos y sentimientos en animales, en objetos, e incluso en fuerzas naturales. Y esta tendencia a “rezar” es una piedra fundamental de la religión.

La ciencia es certera al decirnos qué está pasando en realidad, pero muchas veces eso resulta difícil de asimilar. En cambio, la religión es algo que ya sabemos y nos da seguridad.

“Aceptar, por ejemplo, que la Tierra es redonda o que la evolución es completamente indiferente y que no hay ningún propósito, es difícil. La religión nos ayuda a superar el sufrimiento mejor que cualquier otra práctica”.

Francesca Stavrakopoulou, directora de Teología en la Universidad de Exeter

Por lo tanto, en estos momentos, las creencias están cambiando drásticamente.

A dónde vamos, ¿las religiones van a desaparecer?

Vía Pixabay

La religión institucionalizada es cada vez más rígida, por lo que es normal que muchos creyentes se alejen y otros ni siquiera intenten comprender de qué va cada doctrina. Pero, aún así, es muy poco probable que las personas que siguen una o varias religiones las abandonen en el futuro. 

Después de todo, como dijimos al inicio, todos tenemos una religión o una creencia. Algo que admiramos por encima del resto, e idolatramos como si fuera un Dios.

Aunque no entre dentro de los estándares de la teología, las manifestaciones religiosas son parte del proceso evolutivo. Lo que significa que son necesarias hoy, y serán necesarias en el futuro.

La socialización y el poder emergen de la religión

Vía Pixabay

Si alguna vez nos preguntamos cómo los homínidos se hicieron más sociales, pues la respuesta está en la religión. 

Los expertos de la Universidad de Exeter creen que los ritos y actos espirituales ayudaron a establecer comunidades más sólidas hace miles de años. Esto debido a que su cerebro evolucionó para convertirse en la materia prima a partir de la cual se desarrollaría la religión.

Los humanos somos esencialmente seres sociales, por ello vivimos en grupos. Sin embargo, necesitamos a alguien que guíe nuestras acciones en comunidades masivas, ya sea un chamán, una institución o un presidente. La religión es la que nos da esa jerarquía, ya que sitúa al miembro más poderoso en la cima, la deidad, y al resto en distintos estratos.

Estudios recientes muestran que recordar a Dios nos hace más obedientes. Es por eso que en países menos estables, política y económicamente hablando, es más probable que las personas sigan una creencia o se haga alusión a las religiones.

Desde esta perspectiva, la religión no es un objetivo de la evolución, sino que surgió mientras la evolución apuntaba a otros objetivos.

Además, estamos programados para creer en algo 

Vía Pixabay

Las creencias religiosas nos ayudan, en especial los rituales, pues marcan los eventos más cruciales de nuestra vida.

El origen de los rituales está en los llamados “juegos serios”. En esencia, actividades realizadas por la persona que pueden no servir, o no, para desarrollar otras capacidades.

¿A qué nos referimos con esto? Al luto, por ejemplo. 

Los rituales de duelo son una de las formas más antiguas de experiencia religiosa. Muchas religiones consideran que la muerte no es el final de la vida, por lo que preparan a los difuntos para su próximo viaje. Lo que ayuda también a las familias a superar su pérdida. Es por ello que los familiares, al menos los cristianos, buscan sin descanso el cadáver de sus seres queridos desaparecidos o secuestrados.

Pero esto va mucho más allá. Los no creyentes también dependen de rituales para llevar a cabo cosas tan simples como “ganar un partido”, o “aprobar un examen”. Lo que hacen es conferirle esa fe a un objeto de valor para lograr su objetivo.

Incluso los chimpancés tienen rituales, como la llamada “danza de la catarata”. Un evento en el que exhiben su emoción bailando frente al agua. Así que nuestro cerebro está programado para la fe.

Las personas son más sensibles gracias a la religión (para bien o para mal)

Vía Pixabay

Emociones como la admiración, el temor, la lealtad o el amor son el centro de muchas celebraciones religiosas. 

Darwin estaba convencido de que no había diferencias entre los sentimientos religiosos y los otros tipos de sentimientos, pero sí la hay.

La solidaridad humana, aunque nos duela admitirlo, es posible gracias a la excitación emocional. Una reacción social que solo ocurre cuando estamos acompañados por otras personas siguen nuestras creencias (o religiones). 

Es difícil imaginar cosas como la empatía en solitario. Por lo general, las personas terminan corriendo cuando otros corren, riendo cuando otros ríen, y llorando cuando otros lloran. 

Así que la religión como creencia es otra forma de estar juntos y de apoyarnos, si lo vemos desde una perspectiva mucho más romántica. O también, un hábito difícil de olvidar, si lo interpretamos como un mero comportamiento animal. 

Pero, en cualquier caso, es un hecho que las religiones del mundo tienen un carácter prosocial, y las personas que siguen esas religiones tratan de preservar la armonía de su grupo social. 

Así que es poco probable que estos comportamientos desaparezcan. Aunque puede que algunas cosas cambien a futuro.

Las instituciones religiosas sí están en declive

Créditos: El País

En la Edad Media, la Iglesia Católica era una de las máximas autoridades políticas. La Santa Inquisición sembró el miedo en Europa, y le confirió poderes extraordinarios a quienes se encargaban de castigar a los herejes. Con lo cual, muchos abusos quedaban ocultos tras la máscara de la fe.

De allí que haya tantos escándalos vinculados a este tipo de instituciones en la actualidad.

Sin embargo, el 28 de noviembre de 1982, el Papa Juan Pablo II puso fin a la singularidad jurídica que tenía la Iglesia. Y recientemente, el Papa Francisco ha pedido que cada año se entregue un informe sobre la labor apostólica de la Iglesia, como cualquier otra empresa. 

Lo que quiere decir que, al menos el cristianismo, está abriéndose a nuevas políticas e ideales. 

Con todo esto no queremos decir que los ateos en un futuro dejarán de serlo. O por el contrario, que los creyentes de una religión se pasarán a otra. Lo que queremos enfatizar es que, si bien cada vez hay menos personas que siguen las religiones tradicionales, todavía creen en algo. Ya sea en sus rituales personales, en la naturaleza o en la ciencia. 

Referencias:

¿Desaparecerá alguna vez la religión? https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/01/150116_vert_fut_desapareceran_las_religiones_alguna_vez_finde_yv.amp 

Tomorrow’s Gods: What is the future of religion? https://www.bbc.com/future/article/20190801-tomorrows-gods-what-is-the-future-of-religion 

¿Cuál es el origen de las religiones y cómo evolucionaron? https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-48624547.amp 

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