Prosigue el baile de diócesis y obispos, de un lado a otro. Se suceden las ternas -muchas de ellas, devueltas, por cierto- y, a la espera del nombramiento del nuevo arzobispo castrense y de dilucidar el futuro de la diócesis de Ciudad Rodrigo, una decena de sedes espera pastor. Desde el 17 de abril, también Orihuela-Alicante se encuentra en condición de interinidad. Y, en este caso, parece que se resolverá con urgencia.
Así, tal y como informa Alicante Plaza, Roma prepara la inmediata sustitución de Jesús Murgui, azotado por sucesivos problemas (con las monjas de la Santa Faz, su vacunación irregular, el negacionismo de su ya ex ecónomo y, sobre todo, el escándalo financiero que asuela la diócesis). Y el único candidato al que pone nombre y apellidos no es otro que el actual obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla.
Después del nombramiento de Joseba Segura como obispo de Bilbao, todo parece indicar que continuará el necesario relevo en las diócesis vascas. Y Munilla aparece en muchas quinielas, en mitad de la desazón de los fieles de San Sebastián (que no resisten más la presencia de su obispo ‘malquerido’ en Donostia), y de las dificultades para encontrarle acomodo. No obstante, el nuncio no quiere repetir con Munilla lo que ya ha sucedido con Martínez Camino, y busca salida para el prelado ultraconservador.
Investigación de la Guardia Civil
La web recoge que la salida de Murgui llega pocos meses después del cese del ecónomo, acusado por una promotora de intentar cobrarles a través de un intermediario una comisión por la venta de un terreno negociada de antemano, y denunciado por una consultora por haberle escamoteado el pago de sus servicios por vender el asilo de Benalúa en Alicante para convertirlo en un hospital privado.
Las operaciones inmobiliarias ya han sido investigadas por la Guardia Civi, que remitirán en breve la denuncia al juzgado. Algo que ya conoce, de primera mano, la Santa Sede. Alicante Plaza añade que “la primera misión de Munilla, si finalmente se concreta su nombramiento al frente de la Diócesis de Orihuela-Alicante, será ‘hacer limpieza‘” y “renovar profundamente el funcionamiento de la Diócesis”.
El prelado vasco de 59 años, es “uno de los obispos mejor considerados por las altas instancias entre la prelatura española, y también uno de los más ortodoxos. De hecho, ha protagonizado varias polémicas por su posicionamiento en debates como el feminismo o el matrimonio gay”. ¿Cambiará Munilla el Cantábrico por el Mediterráneo? Veremos.