Aseguraba que se le apareció la virgen en 1981 en la zona de Prado Nuevo Formó en torno a su figura una congregación de devotos religiosos Recibió denuncias por estafa y manipulación
A Luz Amparo Cuevas, una empleada del hogar madrileña, se le apareció la virgen el 14 de junio de 1981. Y nunca mejor dicho, pues tras protagonizar ese hecho sobrenatural, la asociación religiosa que fundó, la Asociación de Fieles Reparadores de la Virgen de los Dolores, ha atesorado una fortuna considerable, que la asociación Víctimas de las Apariciones de El Escorial cifra en 132 propiedades, entre chalés, pisos y fincas urbanas y rústicas. Estaba trabajando en un huerto de su marido en Prado Nuevo (El Escorial, Madrid). Y para refrescarse se acercó a una fuente cercana, donde se cayó de rodillas. Marcos Vera, uno de los integrantes de la asociación creada por Luz Amparo, vio salir una columna de humo blanco. “Amparo se encontraba en éxtasis”. Ese fue el momento en el que esta mujer, que falleció el pasado viernes, vio a la Virgen, que le dijo: “Soy la Virgen, y quiero que se construya una capilla aquí en mi nombre. Si hacen lo que yo digo, habrá curaciones. Este agua curará”. Desde junio de 1981 y hasta 2002, Luz Amparo Cuevas ha asegurado tener 376 apariciones de la Virgen, y sufrir al menos 14 estigmatizaciones. El psiquiatra Francisco Alonso-Fernández, de la visionaria Amparo Cuevas, aseguró que esta mujer poseía una personalidad histriónica: “No diferencia la realidad de la ficción, con elementos masoquistas, y todo ello condensado en episodios alucinatorios visuales y auditivos”, llegó a explicar en una conferencia en El Escorial.
Pero el paso de los años, lejos de alejar a los creyentes, ha servido para que numerosos fieles hayan acudido a las misas de cada uno de los primeros sábados de mes, donde se podía ver a la vidente hablar en nombre de la Virgen. No obstante, Luz Amparo Cuevas restaba importancia a su papel de intermediaria con la Virgen en los medios de comunicación: “Yo soy un ser humano igual que ustedes. Yo no soy ninguna artista, sino un instrumento de Dios”, llegó a decir a los fieles que abarrotaban los primeros sábados del mes Prado Nuevo.
Luz Amparo no era una artista, pero sí ha sido muy hábil para conseguir que en la finca de suelo rústico en la que aseguró tener la aparición se vaya a construir una capilla, tal y como le dijo la Virgen en su primera aparición. La jerarquía católica, que inicialmente se alejó de las pretensiones, poco a poco ha ido abriendo el paso a la Asociación de Fieles Reparadores de El Escorial. Esta asociación está formada por una treintena de familias y un centenar de miembros que son propietarios de varias residencias de la tercera edad. El principal apoyo de la Iglesia a la asociación fundada por Luz Amparo fue en 1994, cuando el cardenal arzobispo de Madrid, Ángel Suquía, reconoció la entidad.
El cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, aprobó en abril la construcción de una capilla en Prado Nuevo, donde supuestamente se apareció la Virgen a la vidente, y en junio el Ayuntamiento de El Escorial, del Partido Popular, autorizó la edificación. Pedro Besari, portavoz de la congregación Virgen de los Dolores, fundada en torno a la figura de Luz Amparo, aseguró la celebración del funeral ayer por la tarde. Será, precisamente, en la capilla construida en el citado Prado Nuevo, de modo que el funeral por Cuevas inaugurará el recinto.
Luz Amparo Cuevas ha logrado, por fin, cerrar el círculo, y cumplir los deseos de su Virgen, que tanto le ha dado.