La asociación del padre Ángel asegura a El Salto que ha pedido a la consejera de Familia, Juventud y Política Social que otra empresa se haga cargo del centro especializado en Alzheimer. Los familiares de los residentes mantienen la concentración ya que consideran que solo con un “presupuesto real” los mayores estarán bien cuidados.
Tras el anuncio de una concentración por parte de los familiares, el Director General de Atención al Mayor anuló su reunión con los familiares de la residencia y centro de día Fundación Reina Sofía Alzheimer, en Vallecas (Madrid). Tras la publicación por parte de El Salto de las denuncias que hacían los familiares sobre la gestión de Mensajeros de la Paz en este centro, la asociación fundada por el padre Ángel ha decidido renunciar a su concesión. “Ayer tomamos la decisión y se lo pedimos a la consejera de Familia, Juventud y Política Social, Consepción Dancausa, porque creemos que hagamos lo que hagamos seguirá el problema”, ha explicado a El Salto Manuel Castro, director de operaciones de Edad Dorada, entidad dentro del conglomerado de Mensajeros de la Paz y que gestiona la residencia Reina Sofia. “Vemos imposible la conciliación y hemos solicitado que nos permitan salir de este contrato”, explica, que pese a la decisión mantendrá el próximo lunes una reunión con los familiares.
Esa reunión, que estaba prevista realizarla este viernes, coincidiendo con la concentración de familiares que, apoyados por otras entidades como Marea de Residencias o la Plataforma Verdad y Justicia para las residencias, querían pedir mejoras en el ratio de personal, en las terapias, en la alimentación, los materiales como pañales y un largo etcétera. “No entendemos como lo comentan a los medios antes que a los trabajadores o a las propias familias”, comenta Paloma, cuya madre vive en la residencia Reina Sofía desde hace dos años y medios. Ella cree que además de las protestas, están detrás de la decisión el “frente abierto” con Inspección de Trabajo y algunas reclamaciones de naturaleza grave.
Precisamente ayer confirmaban a El Salto fuentes de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social que “esta residencia recibió una de estas visitas periódicas el pasado día 30 y, si se verifica algún incumplimiento del pliego de condiciones del servicio, se abrirá el correspondiente expediente sancionador”.
En el aire queda saber si la Comunidad de Madrid acepta la renuncia de edad Dorada/Mensajeros de la Paz y cómo se hará la transición. “Otra empresa tendría que aceptar la subrogación del contrato y eso depende de la Consejería”, comenta Castro que destaca que por parte de la ONG del padre Ángel facilitarán “lo mejor posible” este cambio si su renuncia finalmente es aceptada. Castro sigue insistiendo en que el problema perdurará pese a la salida de esta asociación, ya que los ratios de personal son más altos que en otra residencia – “Suele estar en 0’42 y aquí estamos tiene el 0’59 trabajador por residente” e insiste en que lo que tiene que cambiar son las expectativas de los familiares.
Por su parte, estos insisten en que la Comunidad de Madrid debe dotar de un “presupuesto real” un centro tan especializado, que dista mucho en instalaciones y necesidades de un centro de mayores al uso. ”No puede ser que haya dos personas por cada 18 personas con Alzheimer, en sus diferentes grados”, comenta Nacho, cuya madre está en la residencia Fundación Reina Sofía y estará presente en la concentración.
La confirmada renuncia no modifica lo que los familiares piden a la Comunidad de Madrid, ya que entienden que es la responsable de la buena marcha del centro público. “El precio ofrecido para su gestión era inadecuado y que la empresa Mensajeros de la Paz no tiene ni la sensibilidad ni la calidad necesarias para gestionar este centro”, explican en el manifiesto presentado este viernes. Las mejoras son sobre las ratios del personal pero también en la alimentación, en las terapias ocupacionales, en los pedidos de farmacia e incluso cosas como que los pañales sean de la talla de los residentes. La clave es, para las familias, que se conceda el estatus de enfermo y no solo el de dependiente mayor, así se ajustarán mejor los servicios mínimos a sus necesidades básicas.