Quien quiera entender por qué aquel autobús entero pintado de rojo se paseaba hace unos días por las calles de Madrid exhibiendo el texto “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen”, la respuesta es que se trata de una advertencia para que no te dejes engañar cuando leas: “Hay niñas con pene y niños con vulva” que está siendo pintado en marquesinas de autobuses en varios lugares de España.
Evidentemente una de las dos frases está equivocada. Según HazteOir la organización patrocinadora de aquel autobús y cuyo objetivo es “… cambiar el mundo con la ayuda de Dios”, es falsa la afirmación de que hay niños con vulva y niñas con pene. Así lo explicó su presidente «… el sexo es el sexo que tenemos cuando nacemos». El problema de HazteOir es que la ciencia contradice su ‘divina verdad’ con millones de niños que nacen con vulva y niñas con pene; se trata de un defecto conocido en medicina como ‘genitales ambiguos’. Es un trastorno en que los órganos genitales externos no tienen la apariencia característica ya sea de un niño o de una niña.
En la fecundación humana normal el óvulo hereda un par de cromosomas sexuales; uno X de la madre y uno X o uno Y del padre. El que hereda el cromosoma X del padre pasa a tener XX y es genéticamente femenino, el que hereda el cromosoma Y pasa a tener XY, es genéticamente masculino. Pero ocasionalmente se dan anomalías cromosómicas como son el síndrome de Klinefelter (XXY) o el síndrome de Turner (X0) o disfunciones hormonales durante el embarazo que afectan la formación del feto. Los padres y médicos no pueden determinar de inmediato el sexo de aquel recién nacido pero se debe optar en algún momento por el sexo genético o el sexo gonadal para criar a ese hijo como niño o niña. Según algunos estudios la ambigüedad genital ocurre aproximadamente en un 2,8 por cada 100.000 nacidos.
Por su parte la asociación LGTB Chrysallis es la responsable de la otra frase “Hay niñas con pene y niños con vulva”. LGBT son las siglas que designan a Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales. Su objetivo es dar a conocer al público general ese problema que causa enorme sufrimiento a las personas que nacen con genitales ambiguos y a sus familiares. También se ocupan de prestarles ayuda: “Queremos ofrecerte apoyo, ayuda, documentación, información, contactos, para solucionar los problemas que pueden ir surgiendo en tu entorno familiar, educativo, social, sanitario o legal. Nuestros hijos e hijas pueden interaccionar con sus pares, iguales a ellos, consiguiendo de este modo que no se sientan ‘bichos raros’ o que crean que lo que les ocurre solo les pasa a ellos. Algunos están afianzando amistades que durarán toda la vida. Queremos ofrecerte esa interacción, esa liberación de compartir preocupaciones, dudas, miedos, dificultades, pero también esperanzas, ilusiones, euforia, alegría”.
Para mi sorpresa he comprobado que muchísimas personas desconocen la existencia de genitales ambiguos y algunos incluso creen que se trata de una forma de perversión mental. Pero el caso de HazteOir es diferente, en su mentalidad ultra católica no cabe admitir que el Creador cometa el error de producir genitales ambiguos; Su obra es perfecta, eso no ocurre, “que no te engañen”.
Curiosamente lo mismo ocurre respecto al cambio climático. La obcecación religiosa que no acepta la realidad cuando la evidencia demuestra lo contrario es una forma de fanatismo. Publiqué al respecto en la revista Scientific American de abril 2016 (Readers Respond to «World Changing Ideas») un breve artículo titulado “Climate change denial” (Negación del cambio climático) donde incluía estas frases: “Si buscamos patrones entre quienes no creen (en el cambio climático) una característica común salta a la vista: son extremadamente religiosos y conservadores. No pueden aceptar que los seres humanos tengan la capacidad de destruir la obra de Dios. Por ejemplo el senador James Inhofe, de Oklahoma, dijo: La arrogancia de la gente de pensar que nosotros, los seres humanos, seamos capaces de destruir lo que Dios está haciendo en el clima es, para mí, indignante».
Pero Inhofe no está solo, un tercio de los miembros del Congreso de los EE.UU niegan que el cambio climático sea consecuencia de la actividad humana. También pertenece a ese grupo ideológico Trump, el hombre más poderoso del mundo. Según Scientific American (nov/16) “… sus opiniones sobre la ciencia son sorprendentemente ignorantes”.
Trump se propone reducir en 31% el presupuesto de la Agencia de Protección Ambiental y eliminar aportes a la ONU contra el cambio climático. Por su parte HazteOir se gasta un dinero predicando ‘que no te engañen’ la ambigüedad genital no existe. Dos fenómenos tan distantes entre sí como son cambio climático y ambigüedad genital, sin embargo comparten los mismos seguidores que en su ideología divinamente inspirada no consiguen ver esas realidades que causan tanto daño a la la humanidad.
Jaime Valdivieso
Ex profesor Facultad Economía. Universidad de Chile