A vueltas con el Reglamento de Laicidad del Ayuntamiento de Gijón
Quisiera agradecer la claridad de la información publicada en El Comercio («La alcaldesa envía a la FSA el reglamento de laicidad antes de su aprobación».- Jueves, 20 octubre 2022) sobre los avatares del Reglamento de Laicidad que intenta desarrollar el actual Ayuntamiento de Gijón. En realidad sólo se trata de dar forma a la ya muy conocida sentencia del Tribunal Constitucional que dice: «el Estado se prohíbe a sí mismo cualquier concurrencia, junto a los ciudadanos, en calidad de sujeto de actos o de actitudes de signo religioso».
Por eso resulta muy clarificadora su explicación: No obstante, para tranquilidad de quien quiera asistir, el punto 3.2 matiza que «las y los miembros de la Corporación que participen en actos religiosos lo harán a título individual y no en representación del Ayuntamiento». Aclaración que resulta imprescindible ante las protestas de la derecha municipal -que se identifica como constitucionalista- sobre la participación de sus representantes en los actos religiosos. Como se puede apreciar el reglamento resulta ser una transposición nítida del mandato constitucional.
Cuestión aparte son las vueltas que desde el Partido Socialista se están dando al citado proyecto. Hay dos aspectos que resultan especialmente preocupantes.
Por una parte es difícil de entender cómo este partido interpreta su ponencia marco del 40 Congreso que se plantea como objetivo: «Un Estatuto de Laicidad que desarrolle la aplicación de ésta en el ámbito de los servicios públicos, escolares y de otra especie, fuerzas armadas, prisiones, uso de espacios públicos, ceremonias oficiales…etc.» Afirmación ya de por sí clara y contundente pero que, por si quedaba alguna duda, se completa con: «La política de laicidad es la mayor salvaguarda del pluralismo. Un pluralismo que, por definición, se sitúa en el extremo opuesto de las concepciones únicas de verdad, dogma y fe, hundiendo sus raíces en la misma concepción de la democracia, porque ésta no puede existir en ausencia de pluralismo». Mejor dicho, resulta inaceptable la forma en que el PSOE se interpreta a sí mismo (por sus obras los conoceréis).
Por otra parte, y al hilo de la afirmación elemental de I.U. que ustedes citan: «Los compromisos están para cumplirlos», resulta escandalosa la capacidad que presenta un partido que aspira a ser de gobierno para incumplir de forma tan obscena sus compromisos. Siéndolo siempre, en una estructura social donde ya no son esperables mayorías absolutas también aparece como inaceptable esa capacidad de traicionar sus propios compromisos.
Desde Asturias Laica observamos con preocupación (más exactamente con una mezcla de decepción e indignación) la deriva ética e ideológica que se manifiesta en la actuación del Partido Socialista. Resulta necesaria una rápida actuación de la FSA coherente con la Constitución y los compromisos adquiridos. Es imprescindible para alejar toda duda de que se esté mareando la perdiz.
Luis Fernández González es presidente de Asturias Laica