La organización política Tradición, Familia y Propiedad (TFP), de Brasil, con filial en España, fue el germen de la asociación religiosa Heraldos del Evangelio, cuyo proyecto para levantar en una parcela protegida de Sevilla la Nueva un monasterio, una iglesia gótica, un colegio y una hospedería ha abierto un frente entre el Ayuntamiento del PP y los vecinos.
La comunidad ultracatólica Heraldos del Evangelio aún no ha edificado la ciudad religiosa de sus sueños en Sevilla la Nueva, cuyo proyecto se está tramitando ahora ante la Comunidad de Madrid, pero ya señala en su web que ese municipio madrileño alberga su sede en España.
Como ya informó Público, el macroproyecto religioso se ha ganado la oposición de los vecinos de la Urbanización Los Cortijos de Sevilla la Nueva, donde los Heraldos cuentan con una parcela de 198.000 metros cuadrados en la que proyectan levantar una iglesia gótica, un monasterio, un colegio y una hospedería, con 488 plazas de aparcamiento. Todo ello, en una zona catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), por lo que la altura máxima de edificación es de siete metros, siendo la altura planeada para las torres góticas de 70 metros.
Los vecinos se oponen a una futura ciudad religiosa al lado de sus casas porque se incumpliría la normativa sobre altura, pero también porque consideran que no es el lugar adecuado para semejante proyecto, planificado por los propios Heraldos como un futuro destino de peregrinaje, similar a Lourdes, en Francia.
Otro de los motivos que esgrimen los vecinos de Sevilla la Nueva para oponerse al macroproyecto religioso tiene que ver con las prácticas seguidas por los Heraldos del Evangelio. Presuntos exorcismos, una férrea disciplina a los jóvenes adeptos y acusaciones de alienación parental fueron las causas que llevaron al Papa Francisco a intervenir esta asociación privada de fieles de derecho pontificio en 2019.
Dos años después, la Congregación de Institutos de Vida Consagrada ordenó el cierre de los colegios gestionados por los Heraldos y la prohibición de albergar en sus centros a menores de edad, según ha publicado la prensa especializada en el Vaticano.
A tenor de la ostentación arquitectónica de la que hacen gala en sus sedes en otros países, sobre todo en Brasil, de donde ser originarios, los Heraldos del Evangelio, también llamados Caballeros de la Virgen, aspiran a megaproyectos casi faraónicos para erigir sus iglesias, como una reminiscencia de los templarios y sus cruzadas contra el ‘infiel’, de los que parecen declararse herederos, por las vestimentas que hoy en día lucen los miembros de esta asociación, entre religiosas y militares.
Con una espectacular puesta en escena, con desfiles de tipo marcial, los Heraldos del Evangelio quieren tener una mayor implantación en España y creen que su futura ciudad religiosa en Sevilla la Nueva puede contribuir a darles visibilidad y a atraer nuevos adeptos. La asociación, que cuenta con el apoyo del obispo de Getafe, no ha querido contestar a las preguntas de este diario. Público ha indagado en sus orígenes.
Una organización anticomunista
Unas siglas emergen con fuerza como germen de la asociación: TFP (Tradición, Familia y Propiedad). Esta organización política nació en Brasil en los años sesenta como respuesta a los postulados que clamaban por avances progresistas en América Latina y también contra la Teología de la Liberación, la corriente teológica cristiana que asumió preceptos del marxismo para involucrarse en la atención a las comunidades pobres, implantada a finales de los años sesenta en América Latina, sobre todo. Algunos de los sacerdotes que siguieron esta doctrina fueron asesinados por grupos terroristas ultraderechistas, como la Triple A. Fue el caso del cura argentino Carlos Múgica.
Tradición, Familia y Propiedad se declaraba eminentemente anticomunista y sus seguidores, muchos con sotana, exhibían un blasón con un fiero león sobre fondo rojo. Fue fundada por Plinio Corrêa de Oliveira, político, periodista y escritor brasileño, que logró expandir su ideología ultraconservadora por medio mundo, llegando a España en el momento en que emergía una oposición al régimen franquista desde los movimientos estudiantiles y obreros.
A la red de TFP en el mundo la definió Corrêa de Oliveira como «el mayor movimiento cívico-cultural anticomunista de inspiración católica del mundo». En Colombia, la guerrilla de las FARC, denunció que los paramilitares habrían recibido ayuda de TFP. Pero el asunto no llegó a instancias judiciales.
La obra cumbre del líder de TFP es Revolución y Contrarrevolución. En el libro aboga por el combate contra el comunismo, la proscripción de los partidos de tendencia socialista, la defensa del derecho natural a la propiedad privada y la restauración de las instituciones políticas y familiares tradicionales. De esta sabia beben los Heraldos del Evangelio, movimiento que nació tras la muerte de Corrêa de Oliveira, en 1985, de la mano del que fue su hombre de confianza, João Scognamiglio Clá Dias.
TFP en España: Sociedad Cultural Covadonga
En España Tradición, Familia y Tradición surgió con el nombre de Sociedad Cultural Covadonga, en referencia a la Batalla de Covadonga, del siglo VIII, por la que se impidió el asentamiento en el norte de la península al Al-Andalus. En 1983 adoptó la denominación de Sociedad Española de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad-Covadonga. Su origen fue un grupo de universitarios de la Complutense de Madrid, que en 1969 fundaron la sociedad cultural y al año siguiente instalaron un puesto con motivo del Día del Libro para dar a conocer las tesis y los libros de Plinio Corrêa de Oliveira. Su primer libro traducido al español fue La libertad de la Iglesia en el Estado comunista, en 1970.
Aquellos jóvenes universitarios fueron el germen de la TFP en España, «preocupados con la decadencia del Occidente cristiano y con el avance del comunismo», puede leerse en el libro Tradición, Familia y Propiedad. Un ideal, un lema, una gesta: La Cruzada del siglo XX , de 1990.
Según esa obra, la TPF llegó a tener sedes en Zaragoza, Madrid, Sevilla, Málaga, Granada y Santander. Los miembros de TFP en España se opusieron al cardenal Tarancón, presidente de la Conferencia Episcopal, de talante conciliador y progresista; a la Ley del Divorcio aprobada en 1981; y al triunfo electoral del PSOE en 1982. En el citado libro constan loas a la victoria de Franco en la guerra civil.
Su presidente fue José Francisco Hernández Medina, que con el tiempo fue ordenado sacerdote y llego a ser el primer procurador general ante la Santa Sede de los Heraldos del Evangelio, en 2001, cuando el Papa Juan Pablo I reconoció a esta entidad como asociación privada internacional de fieles de derecho pontificio de la Iglesia Católica.
Entrega absoluta a la organización
El psicoterapeuta Miguel Perlado, especialista en sectas, explica a este diario que TFP tuvo mucho arraigo en Aragón, como su núcleo más importante en España. Él trató profesionalmente a algún exmiembro. «Fueron personas a las que se las tuvo que ayudar con una intervención terapéutica debido a una vinculación de entrega absoluta con la organización».
Perlado, que ha tratado desde hace veinte años a siete u ocho personas que decidieron abandonar TFP y los Heraldos del Evangelio, habla de «abuso espiritual». «Cuando se ha producido una entrega total, excesiva, de un individuo hacia una organización, la persona se rompe moralmente», dice este experto.
Además explica que tanto en TFP como en los Heraldos del Evangelio se han dado, según la problemática trasmitida por los pacientes, «ciertas prácticas de culto a la persona del fundador, incluso a la madre del fundador». Además los miembros laicos, hombres y mujeres, que viven «segregados», se desprenden de todo lo material en beneficio de la organización, según Perlado.
Sobre la implantación de los Heraldos en España, este especialista cree que fue en 2005 cuando comenzaron a operar. «Aún no cuentan con una presencia muy amplia, como otras organizaciones ultracatólicas, como los Legionarios de Cristo, por eso han de construir un núcleo consistente», dice en relación a su proyecto en Sevilla la Nueva.
«Su misión es conseguir nuevas vocaciones a toda costa y cuando las conversiones se fuerzan pueden surgir problemas importantes», dice Miguel Perlado, que se refiere al proceso judicial seguido en Brasil contra los Heraldos del Evangelio por presuntas prácticas de alienación con menores de edad. «En torno a 40 familias denunciaron que la organización les impidió relacionarse con sus hijos, ingresados en centros gestionados por los Heraldos».
Varios medios de comunicación brasileños difundieron un vídeo donde se puede ver al líder de los Heraldos, monseñor João Scognamiglio Clá Dias, realizando un exorcismo a una chica.
