El actual consistorio de izquierdas en Castellón – socialistas y Compromís gobiernan, con el apoyo de la marca local de Podemos, y la alcaldesa es la socialista Amparo Marco – aprobó el pasado 29 de noviembre la retirada de la emblemática Cruz del Parque Ribalta, principal parque de la ciudad, invocando la ley de Memoria Histórica. Votaron en contra el PP y Ciudadanos: el PP insistió en que era una decisión “muestra de persecución a los católicos, que no es un asunto que importe a la gente y que responde a un ideario de complejos y de odio”.
Fuentes socialistas han reiterado a Religión Confidencial que no eran partidarios de la retirada, han ido retrasando todo lo posible esta decisión y “siempre ha sido por insistencia de Compromís y a instancias de Castelló en Moviment (marca local de Podemos)”.
Sin embargo, la querella contra la alcaldesa de Vall d´Uxó (Castellón) por derribar una cruz, con una gran polémica vecinal, como informó este digital el pasado 1 de diciembre, “es un precedente al que no queremos arriesgarnos por si resulta imputada la alcaldesa de Castellón, aunque se ha delegado en la concejalía de Cultura (Compromís) la tramitación de este asunto”.
Pese al acuerdo del ayuntamiento del pasado 28 de noviembre, según han manifestado fuentes socialistas a RC, “los resultados electorales de Andalucía nos han hecho reflexionar y no se llevará a cabo esa retirada de la Cruz del Ribalta, por la polémica existente, los sentimientos culturales de los vecinos y lo innecesario que es herir los sentimientos católicos, a las puertas ya de las elecciones municipales”.
Por su parte, la asociación Abogados Cristianos ha pedido al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana medidas cautelares y que no se retire la Cruz, al menos hasta que haya sentencia. Esta asociación estima que no se cumple el artículo 15.1 de la ley de Memoria Histórica y, por tanto, no procede su retirada.