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La primera ministra cambia el impuesto social, conocido como ‘8xmille’, para incluir una casilla para la prevención y la recuperación de la drogadicción, un ámbito que ya cubre la Iglesia
La oposición considera la decisión una ‘vendetta’ debido a la posición de la Conferencia Episcopal Italiana sobre los migrantes
Choque entre la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y la primera ministra, Giorgia Meloni, tras modificar de forma unilateral la X de la renta. El cardenal arzobispo de Bolonia y presidente del Episcopado, Matteo Zuppi, mostró su “decepción” con el cambio del impuesto social, conocido como ‘8xmille’, para incluir una casilla para la prevención y la recuperación de la drogadicción, un sector históricamente cubierto por organismos eclesiásticos.
Pero, ¿a qué se debe esta medida? La oposición lo tiene claro. Y es que apuntan a una ‘vendetta’ del Gobierno debido a la posición de la CEI de apoyo a los migrantes, en contraposición con la política de puertas cerradas de Meloni, que también ha recortado recientemente los fondos para servicios sociales.
La realidad es que, hasta la fecha, los contribuyentes italianos -el 70% apoya la labor eclesial, como muestran los 1.320 millones de euros recaudados en 2023, último ejercicio del que se tienen datos- pueden dedicar el 8% de sus impuestos a la Iglesia o a otras cinco causas sociales: el hambre en el mundo, los desastres naturales, la construcción de escuelas, la asistencia a los refugiados y el patrimonio cultural.
“No nos interesa el dinero, nos interesan los pobres”
Según Zuppi, la decisión “contradice la lógica contractual del acuerdo, creando una disparidad”, dijo en Bolonia durante la inauguración de la Conferencia Nacional ‘1985-2025 – Cuarenta años de apoyo al clero: ayer, hoy y mañana’, promovida por el Instituto Central de Apoyo al Clero.
“No nos interesa el dinero”, afirmó el cardenal, “nos interesan los pobres” y la falta de ciertos recursos “objetivamente significa probablemente poder hacer menos. Entonces la Iglesia es madre”, continuó, “y así como ciertas madres son capaces de sacar lo que sea para dar a sus hijos lo que necesitan, nosotros haremos lo mismo”.
“No queremos privilegios”, añadió, especificando que “los derechos son derechos”. Está en juego, prosiguió, “nuestra libertad de seguir siendo una madre que siempre brinda respuestas espirituales, a través de la presencia de la Iglesia, y materiales, con múltiples actividades, con ese plus que es el voluntariado y la gratuidad, un valor añadido de la Iglesia”. El presidente de la CEI, según recoge Avvenire, invitó a “no ponernos en dificultades”, por ejemplo, en la lucha contra las adicciones. “Costamos poco”, subrayó.