Demasiadas veces en la cuerda floja por una serie de escándalos -sobre todo durante el período de confinamiento a causa de la pandemia-, salvando en las últimas semanas por la mínima una moción de confianza de su propia formación política, el Partido Conservador, Boris Johnson se ha visto obligado a dimitir el 7 de julio acorralado por una serie de dimisiones en cadena de sus propios ministros tras saberse que había ocultado la condición de acosador de uno de sus hombres de confianza.
“Para mí, parecía carecer de una brújula moral clara, y la sordidez y la prevaricación del último mes… socavaron completamente su autoridad y su dimisión se hizo inevitable”, según señaló el obispo de Portsmouth, Philip Egan, al Catholic News Service. Para Egan, Johnson perdió credibilidad porque engañó a los miembros del Parlamento sobre cuánto sabía de denuncias similares de conducta sexual inapropiada contra su vicepresidente de gabinete.
«Ha sido como Trump»
“Ha sido como Trump: un personaje más grande que la vida”, añadió el pastor, para quien esta crisis debería servir al Reino Unido para reflexionar sobre los valores que defienden las figuras de la vida pública.
“Quienquiera que sea el próximo primer ministro necesita comprometerse o colaborar con los líderes religiosos para que tengamos un debate público más inteligente y abierto sobre los valores, los valores comunes y la probidad moral”, continuó. «La Doctrina Social católica nos da una base realmente buena para ese tipo de debate», concluyó.
¿Convertido al catolicismo?
Johnson, que permanecerá en funciones como primer ministro hasta otoño, cuando el Partido Conservador elija a su nuevo líder, fue bautizado en la fe católica, pero se convirtió al anglicanismo tras su paso por el elitista Eton College.
Sin embargo, tras su reciente matrimonio con su tercera esposa, católica, en la catedral de Westminster, se ha negado a confirmar o negar si se ha convertido al catolicismo.