Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

Los niños tienen pene, las niñas vulva y los sacerdotes manos

“Hazte oír” nos está enseñando estos días, a quienes no solemos fijarnos en las partes pudendas de los menores, que los niños tienen pene y las niñas vulva. Ellos, los de “Hazte oír”, no dirían algo tan tajante si no tuviera una base científica. Ya saben que una de las claves de la ciencia es la observación, así que seguro que no serán pocos los miembros (con perdón) de esta organización ultra católica, que dedican buena parte de sus horas de asueto a tan apasionante estudio.

Me los puedo imaginar, frente a sus ordenadores personales, pasando imágenes de niños y niñas desnudos, como si fueran sexadores de pollos, anotando en una página de excel: niño, pene; niña, vulva; niño, pene; niña, vulva… No debe ser una tarea fácil, porque seguro que a muchos de ellos les trae recuerdos de su infancia, cuando no existía internet y el estudio lo realizaban de manera analógica los sacerdotes encargados de su educación.

Pero como ha ocurrido tantas veces en la historia de la humanidad, su revolucionario avance se ha topado con la intransigencia de quienes no están dispuestos a dejar que la ciencia reste espacio a sus creencias. Cómo echamos ahora de menos a ese gran ministro del interior, Jorge Fernández Díaz, que tan ejemplarmente supo separar lo civil de lo religioso. Si él siguiera al mando de las fuerzas de orden público, seguro que el autocar circularía libremente por las calles de nuestras ciudades, escoltado por dos ángeles y conducido por Nuestra Señora Santísima del Amor, medalla al mérito policial.

Cuánto tenemos que aprender todavía de otras democracias, como la de Arabia Saudí, que solucionan estas cosas de la madre naturaleza con métodos que no dejan lugar para la siempre desconcertante ambigüedad. Esta misma semana la policía de ese país, por el que Occidente siente verdadera devoción, ha apaleado hasta la muerte a dos transgénero, a las que previamente había metido en un saco, por llevar ropas femeninas en su domicilio. Es un método más radical que el del autocar, pero seguro que a los saudíes les ha quedado muy claro que los niños tienen pene y las niñas vulva.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share