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oración musulmana

Los musulmanes de Algeciras reclaman el derecho a un cementerio propio

Las comunidades islámicas reivindican, también por vía judicial, un lugar donde enterrar a sus difuntos según la tradición coránica

“Que Aláh ensanche su tumba y la llene de luz”, se desean los musulmanes en los velorios evocando un antiguo hadith del imán Tirmidhi. El cuerpo será llevado después hasta el cementerio envuelto en un sudario y será sepultado así, sin ataúd y bajo tierra.

La vigente Ley 26/92 de 10 de noviembre reconoce a las comunidades islámicas “el derecho a la concesión de parcelas reservadas para los enterramientos islámicos en los cementerios municipales así como el derecho a poseer cementerios islámicos propios”. Aunque el de Algeciras es uno de los seis cementerios españoles que se concibe como “pluriconfesional”, no todas las comunidades islámicas admiten esta fórmula compartida; muchos musulmanes exigen su propio camposanto.

Se acercan ya a los nueve mil fieles, la mitad de ellos practicantes. Tienen mezquitas y oratorios. Celebran sus fiestas en espacios públicos pero exigen un lugar en el que enterrar dignamente a sus muertos. Muchos han nacido en Algeciras; son y se sienten españoles y tienen a casi toda su familia en España. No quieren, por tanto, tener que trasladar los cuerpos de sus difuntos a Marruecos para poder darles la sepultura que manda el Corán y la Sunna. La ley por la que se aprueba el Acuerdo de Cooperación del Estado con la Comisión Islámica de España avala sus reivindicaciones. Sin embargo, no todas las comunidades locales de musulmanes aceptan la misma fórmula. Mientras que, para unos, contar en el cementerio municipal con una sección donde poder instalar las tumbas de sus familiares sería plenamente satisfactorio, para los más rigurosos es imprescindible un cementerio propio exclusivamente musulmán, “lejos de cruces cristianas y enterramientos de infieles”, como señala Mohammed Lhaimir al salir de una mezquita de El Saladillo.

El candidato del Partido Andalusí Driss Mohammed, de la algecireña mezquita Al Rahma, es consciente de la falta de unidad de criterio entre las distintas comunidades islámicas locales para conseguir “ese objetivo común que es un lugar donde poder enterrar según el rito islámico a los musulmanes que fallecen en nuestra ciudad”. Para él sería suficiente una zona propia en el cementerio municipal, “separada al menos por un seto”.

También Hassan Yetefti, cofundador de Algeciras Acoge y experto en migración, piensa así: “Fallecen musulmanes en Algeciras que ya no tienen nada que ver con Marruecos, que han pasado toda su vida aquí o incluso nacido en España y, por eso, quieren descansar aquí para siempre y que, si nadie lo remedia, acabarán siendo enterrados de cualquier manera, sin atender a sus deseos, al modo en que han vivido, a su tradición espiritual o a lo que establecen nuestras leyes”.

“Un entierro digno” es el proyecto de Maysoun Douas, una activista musulmana que trabaja desde Madrid para que “todo el mundo pueda descansar según sus creencias”. Dice que solo el 1% de los cementerios en España no discrimina por razón de libertad religiosa y que tampoco las funerarias ponen de su parte para atender a las personas musulmanas.

Uno de los puntos de fricción entre las diferentes comunidades islámicas es el pago de los enterramientos. La ley no dice que la Administración deba facilitar a los musulmanes tumbas gratuitas ni terrenos cedidos, pero la realidad económica de un enterramiento bajo el suelo supera ampliamente las posibilidades del musulmán medio del Campo de Gibraltar. A este inconveniente muchas veces insalvable se une el de las políticas sanitarias mortuorias de cada comunidad autónoma, que, en la inmensa mayoría de los casos, prohíben el enterramiento sin ataúd. No es el caso de Andalucía: en el Decreto 95/2001 se señala que “en aquellos casos en que, por razones de confesionalidad, así se solicite y se autorice por el Ayuntamiento (…) podrá eximirse del uso de féretro para enterramiento, aunque no para la conducción”.

Representantes de algunas mezquitas algecireñas entienden que el Ayuntamiento debería ceder una parcela a los musulmanes en algún lugar del municipio. Se lo han pedido así al alcalde, José Ignacio Landaluce, aunque ignoran quienes lo hacen que esa hipotética concesión podría suponer una discriminación constitucional por razón de religión hacia los fieles de otras confesiones. También ignoran quienes piden esas parcelas que la implantación de un cementerio en las mismas implica obras de elevado coste.

De momento son cada vez más las familias musulmanas de Algeciras que recurren a los servicios del profesional de funeraria barreño Martín Zamora para transportar los cuerpos de sus difuntos a Marruecos, donde los enterramientos son gratuitos. No es el traslado un servicio barato, pues exige además el embalsamamiento previo del cadáver. El Consulado General de Marruecos en Algeciras, a través de sus servicios sociales, financia el coste de esa repatriación cuando se trata de familias de escasos recursos. Algunas ciudades próximas, como Jerez, Granada o Ceuta cuentan con cementerios para musulmanes. Sin embargo, dado el aumento de solicitudes han restringido los enterramientos solo a las personas empadronadas en sus respectivos municipios.

Ninguno de los colectivos que se han dirigido a la Administración para demandar el cementerio islámico o una parcela propia en el municipal ha recibido la respuesta que esperaba. En una reciente ocasión elevaron queja al Defensor del Pueblo. El Ayuntamiento de Algeciras ha informado a los musulmanes que en el cementerio municipal hay espacio actualmente para practicar enterramientos en el suelo. Existen, además, bonificaciones para los familiares del fallecido de hasta el 50% si no alcanzan el salario mínimo o están desempleados. La ordenanza contempla incluso el “entierro de caridad” (evidentemente no en el suelo) para aquellos cuyos cadáveres no son reclamados por nadie o son “personas pobres de solemnidad”.

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