La salida de la Diócesis se produce por la reducción de religiosos y por su avanzada edad
La Compañía de Jesús abandonará Palencia en un plazo no superior a cinco años. Los jesuitas no tienen una hoja de ruta marcada para su salida de la Diócesis, pero sí una previsión, cinco años, «puede que algo menos», puntualiza Eusebio Gil Coria, superior en Palencia de la orden que fundó en 1540 San Ignacio de Loyola. La causa de la salida de los jesuitas de Palencia no es otra que la evolución negativa del número de religiosos, un fenómeno que afecta al resto de congregaciones. La edad de los actuales religiosos y la escasez de vocaciones que dificulta el rejuvenecimiento son las principales causas que han conducido a la decisión de abandonar Palencia, causas que no son ajenas a otras órdenes.
Eusebio Gil ha comunicado ya al Obispado y al Ayuntamiento su decisión. «La orden necesita reestructurarse en todo el país, pero a estas alturas ni está decidido qué casas cerrarán ni hasta cuándo vamos a resistir», asegura el superior de los jesuitas en Palencia. En la actualidad, solo hay once religiosos residiendo en la casa de la calle Ignacio Martínez de Azcoitia, ubicada frente a la iglesia de San Francisco, a la que esta orden da servicio espiritual, aunque no es parroquia. «Nosotros calculamos que podremos seguir activos otros cuatro o cinco años al servicio de la iglesia», señala Gil Coria, que puntualiza que los once sacerdotes que viven en Palencia tienen una edad avanzada. «El más joven tiene 66 años», asevera.
La orden ha tomado ya alguna decisión, y en el verano del próximo año ya se producirá alguna redestribución de centros y de colegios. Incluso en Madrid ya se ha clausurado un centro.
Lo que no se ha planteado algún es el destino de su residencia, un soberbio edificio, de clara inspiración neogótica, construido en 1919 por el arquitecto palentino Jacobo Romero. En los años veinte del siglo pasado se construyó un pasadizo soterrado que une la vivienda con la iglesia de San Francisco, que todavía se sigue utilizando. No obstante, la previsión de una salida de la ciudad no exime a los jesuitas de cuidar este edificio. «Este próximo verano será sometido a una limpieza y reparación de las fachadas interior y exterior», asegura Eusebio Gil.
La iglesia de San Francisco la asisten desde 1878, cuando el Obispado se la cedió porque su anterior sede canónica, la Virgen de la Calle y el actual seminario –aunque no el actual, que es de finales del siglo XIX– tenía ya un uso diocesano. Aunque las misas dominicales son muy seguidas, San Francisco se encuentra absorbida por las parroquias próximas, San Lázaro, Virgen de la Calle y Santa Marina. «Semanalmente, podemos atender a unos 3.000 fieles, entre los que asisten a misa y a las confesiones, ya que nosotros no impartimos otros sacramentos. Cada vez el envejecimiento de esta población es mayor. Lo notamos incluso en las asociaciones con las que trabajamos», explica el superior de los jesuitas.
Con los discípulos de San Ignacio de Loyola se marcharán también dos actividades que se desarrollan en Palencia: la Procura de Misiones y la edición de la revista El Promotor. La primera, también llamado Secretariado Provincial de Misiones, es una organización dedicada a ayudar a las misiones de Taiwan, Perú y Filipinas.
La revista 'El Promotor de la Sagrada Familia' se edita en Palencia para 85.000 suscriptores, y se encuentra especialmente arraigada en las dos Castillas y en Aragón. Dirigida por el jesuita Alejandro Cuervo-Arango, «se trata de una publicación sencilla para la gente corriente», según la define Eusebio Gil. La publicación nació en Palencia como boletín de la Asociación Universal de Familias Cristianas el 1 de julio de 1896, por lo que es la revista periódica más veterana de las editadas en la ciudad, aunque no salió en el intervalo de julio de 1940 a julio de 1943 debido a la escasez de papel que originó la segunda guerra mundial. Eusebio Gil no teme por el futuro de esta revista, ya que se podrá seguir editando en otra casa de la Compañía de Jesús.
En torno a San Francisco se encuentran otros grupos católicos, como la Cofradía de Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosa, que fundaron en 1953 trece miembros palentinos de las Congregaciones Marianas de los Luises, que tenían su sede en San Francisco. Su paso titular es el crucificado de Alejo de Vahía que se venera en la iglesia. Asimismo, también hay grupos del Apostolado de la Oración, la Asociación de Viudas y las Hijas de María.
Con la salida de los jesuitas, la Diócesis retomará los servicios religiosos que se prestan en la iglesia de San Francisco, así como la gestión del resto de los edificios de la antigua zona conventual, que han sido objeto desde el año 2004 de las intervenciones de restauración de la escuela taller de la catedral, cuyos alumnos han recuperado el suelo original del claustro, así como el ala norte del claustro alto y el patio central, entre otras actuaciones. En cualquier caso, aún quedan cuatro o cinco años para que se concrete la salida de la Compañía de Jesús de Palencia.
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